Por Verónica Martín
La pedinculosis o la infección por piojos afecta a un alto porcentaje de los escolares… ¿qué hacer? Paciencia, constancia y algunos trucos pueden hacerlos desaparecer.
Todos los padres, madres, educadores, abuelos o profesores que lean estas líneas se van a sentir identificados. Hay una cosa que a todos nos da pavor: ese momento en el que observamos cómo en tres segundos un niño se rasca la cabeza más de dos veces. ¡Horror!, ¡han vuelto los dichosos piojos!
Más allá de mitos y de relacionar la infección de piojos con el descuido o la suciedad, la realidad es que cada vez estos molestos insectos están más presentes en la vida de los escolares y generan un importante estrés en las familias. Los piojos no causan ninguna enfermedad directa pero son muy incómodos y complicados de erradicar si no se tiene constancia en la prevención.
Los piojos son insectos que conviven en el cuerpo del ser humano, aunque también los hay en los animales y estos no se traspasan a nosotros. No vuelan ni saltan, por lo que solo se trasmiten por la cercanía de cabezas. De hecho, la costumbre de los adolescentes de hacerse selfies ha incrementado el número de contagios en un 30% en ese grupo de edad.
Montse Pestano es la directora de Kids&Nids en Tenerife. Explica que los productos químicos que se utilizan habitualmente contra estos insectos tienen varios efectos secundarios. “Primero, afectan al cuero cabelludo del niño generándole, en algunos casos, problemas dérmicos. Segundo, generan en los piojos resistencias a los mismos”. Por este motivo, insiste en que la solución es la erradicación “de forma natural, mechón a mechón”, tal y como realiza en su centro.
Además, todos los expertos insisten en que la mejor forma de luchar contra estos indeseables “amigos” es la prevención.
El piojo tiene un ciclo vital de una semana. Pasado ese tiempo, se reproduce poniendo una media de ocho huevos que dan lugar a ocho piojos que, a su vez, en solo una semana ya habrá puesto ocho huevos más. Por ello, “lo que hay que hacer por norma, es pasar la lendrera al menos una vez a la semana aunque no haya infección. De esta manera, si hay algún piojo se elimina y evitamos su proliferación”.
“Los piojos no generan enfermedades de forma directa pero sí crean mucha ansiedad en las familias. Por eso, recomendamos que acudan a servicios profesionales que les puede liberar de la preocupación y de la tarea de eliminarlos”, explica Montse Pestano.
¿Cómo evitarlos?
La regla de un palmo. Intentar que las cabezas de amigos o compañeros de clase estén a más de un palmo de la nuestra. No juntar las cabezas es la mejor medida preventiva contra los piojos.
- No compartir. Peines, cepillos, gorros, gorras o gomas del pelo son los mejores conductores de piojos. Evitar e impedir que los niños compartan esto entre ellos y lo mismo en casa. Cada miembro de la familia deberá tener su toalla, peine, etc.
- El pelo, mejor recogido. Un pelo largo es más complejo para cuidar en caso de tener piojos. Cuando se recoge se impide la llegada de estos visitantes.
- Wet combing. Es la nueva palabra de moda que viene de Estados Unidos y consiste, simplemente, en pasar la liendrera cada tres o cuatro días por el pelo húmedo y bien bañado de suavizante con el objetivo de eliminar los piojos.
- Revisión constante. Hay que revisar cada pocos días las cabezas de los niños para comprobar si hay o no parásitos e iniciar, de nuevo, el ataque.