Por Sixto Javier Pérez

Manchester frente al mar es mi primera decepción entre las nominadas a los Oscar de este año. A pesar de las buenas críticas fui a verla con las menos expectativas posibles, pero siento decir que su trama no tiene la suficiente chispa y su actor principal consiguió que lo terminara aborreciendo.

El film se me hizo largo y aburrido. La historia se podría haber contado perfectamente en 90 minutos, pero no, su duración es de 130 minutos, una auténtica barbaridad. Y digo que es innecesario tanto tiempo porque es muy redundante, tiende a repetir lo mismo una y otra vez, en una palabra, es cansina, pues una vez que ya conoces la trágica historia de su protagonista no avanza, no nos ofrece nada nuevo, pero aquí no termina la cosa, pues nunca había deseado tanto que una película llegara a su final ya que tenía la esperanza que ahí estuviera la clave de su éxito, pero no, el final es frío, simple y fugaz.

Con respecto al protagonista, Casey Affleck, el actor que se llevó el Globo de Oro a mejor actor por esta película, me terminó cansando hasta el punto de desesperarme, no logro entender su victoria en los Globos de Oro. Se trata de un personaje que ha decido no volver a vivir y sentir, por ello su forma de ser es bastante complicada, llegando en ocasiones a ser inaguantable. ¿Es necesario que nos repitan una y otra vez la psicología de este personaje? Ya nos han explicado por qué es así, lo hemos entendido, no es necesario recurrir a lo mismo pues da la sensación de que la historia no avanza.

La otra actriz sobrevalorada es Michelle Williams, nominada a mejor actriz de reparto, y digo sobrevalorada no por los 15 minutos que se muestra a lo largo de todo el film, sino por la tendencia de nominar a los actores y actrices por el simple hecho de salir llorando en determinadas en escenas sin llegar a transmitir, luego hay otras actrices como Amy Adams protagonista dos películas excelentes (La llegada y Animales nocturnos) que son totalmente ignoradas, sin duda la gran injusticia del año.

Volviendo a la película en cuestión, resaltar que  es muy fría, pero ojo, es una frialdad necesaria ya que su protagonista tiene su corazón totalmente helado. De ahí que la película se desarrolle en ese invierno tan sorprendente consiguiendo una fotografía impecable. Esta sensación de frialdad se acentúa muchísimo más en el momento en el que la película recurre a flashbacks para mostrarnos el pasado de su protagonista, momento en el que está lleno de felicidad. Pero esto no es suficiente para salvarla…

En definitiva, se trata de una película no apta para todos, pues su ritmo y la forma en la que está narrada pueden llegar a desesperar. Seguramente por este motivo el film no ha llegado a conquistarme, pues la historia parece estancada al no arriesgar y quedarse en lo fácil.

Nota: 2 de 5

LO MEJOR: fotografía y ambientación

LO PEOR: reparto, ritmo y guion