Por David Lorenzo

El salvaje Oeste americano nos dejó una enorme colección de novelas sobre forajidos y grandes películas en el siglo XX. Pero además nos dejó como legado la primera agencia de detectives privada del mundo.

El nombre de esta agencia fue Pinkerton Detective Agency. Lo recibió de su creador Allan Pinkerton, un hombre de origen  escocés que marchó a América y abandonó su oficio de tonelero. Una vez llega al “país de las oportunidades” (como lo conocemos hoy en día) comienza a buscar donde trabajar. El destino hizo que acabara en 1849 como detective en Chicago contratado por el ayuntamiento de la ciudad.

Pronto demuestra tener habilidades para la investigación y búsqueda de pruebas. Esto le lleva a tomar una decisión revolucionaria. En 1850 se asocia con el abogado y hombre de negocios Edward Rucker, con el que crea la North Western Police Agency. Este nombre luego fue cambiado por el de Pinkerton National Detective Agency, que le hizo expandirse por todo el país. Sin duda el objetivo de Pinkerton era reducir la alta tasa de criminalidad de Estados Unidos, aprovechando además para amasar una fortuna.

Su fama no era casualidad. El logró introducir estrategias de investigación de primer orden y que hoy marcan el tópico del agente privado. Aspectos como el seguimiento de sospechosos o el uso de disfraces o falsas personalidades para las misiones son algo, si no creado, si habitualmente usado por él y su empresa. Eran expertos en lo que hoy conocemos como espionaje industrial o entre empresas con el fin de boicotear a la compañía rival.

Pinkerton alcanzó la fama nacional cuando desmanteló un complot contra el presidente Lincoln durante la Guerra Civil. Este hecho hizo que el presidente le reconociera sus habilidades y que comenzasen a trabajar para el gobierno. Esto supuso el golpe definitivo para el éxito de la agencia, que pasó de tener únicamente influencia en el Estado de Illinois y los cercanos a expandirse por todo el país.

El logotipo de la Agencia Pinkerton se hizo mundialmente famoso. Se formaba por un ojo y el lema “We never slpeep” (nunca dormimos)

A pesar de que empezaron a surgir competidores jamás lograron llegar a estar a su nivel. Lo que convertía a la empresa en la mejor de su estilo era su afán por innovar y como no podía ser de otra forma, sus contactos influyentes.

Las capacidades de la empresa de PInkerton cada vez fueron mayores. Pasaron de solo hacer pequeñas persecuciones e infiltraciones a proteger bancos, ferrocarriles y grandes sociedades comerciales de posibles robos. También participaron, con mayor o menor éxito, en la caza de algunos forajidos del Salvaje Oeste. Así lograron capturar a John Reno y su banda, pero fracasaron estrepitosamente en apresar a Jesse James.

Una de las principales curiosidades de Allan Pinkerton es que además de dedicarse al espionaje también escribió libros. Como era típico en la época se trataba de novelas que él afirmaba que se basaban en sus propias experiencias como detective. Esto hizo que se enriqueciera todavía más, puesto que este tipo de libros eran muy solicitados entre los lectores del siglo XIX.

Pinkerton falleció en julio de 1884 en Chicago, donde había logrado su fama mundial. Tras de sí dejó un legado que le sobrevivió: su empresa de detectives y una forma revolucionaria de investigación. Poco después de su muerte la empresa, dirigida por sus hijos, va a vivir una de las etapas más oscuras de su historia. Solicitados por el gobierno comenzaron a boicotear a los sindicatos y partidos obreros que fueron apareciendo en Estados Unidos a finales del siglo XIX. Resulta paradójico, ya que Pinkerton había participado en el movimiento obrero de Escocia (concretamente en el cartismo).  Esto hizo que la empresa adquiriese una mala reputación que tardó décadas en limpiarse por completo.

A pesar de las acciones impopulares de la agencia Pinkerton ha sobrevivido hasta nuestros días. Ha colaborado con innumerables empresas y países desde entonces aprovechando que su fama es global. Actualmente su viejo logotipo del ojo se ha modernizado y podemos encontrarnos en internet con su página web.

Para saber más:

  • Friedman, Morris (2013) The Pinkerton’s Labor Spy. Theclassics.us
  • López Gobernado, Carlos Javier (2015) “Investigadores Pinkerton, el origen de los detectives privados”. En Quadernos de criminología, revista de criminología y ciencias forenses. Valladolid: Sociedad española de criminología y ciencias forenses