Por Raúl Guerra Santana

Entré en su cabaña y allí estaba. Flaco, alto y con una larga barba que había conocido tiempos mejores.
Tenía sobre al fuego una gran olla colgada de un gancho, la cual removía muy concentrado. Le pregunte que era lo que cocinaba que olía tan bien.

__Bueno, es una receta que aprendí en un viaje a unas lejanas islas. Cuando la probé, me quede hechizado por ella__

Cogí una cuchara y la metí en la olla, donde hervía unos ingredientes que no había visto nunca. Después de probarla, y mientras me ponía un plato de aquella especie de pócima, me quede totalmente embrujado por ella.

___Te gusta? ___

___Mucho. ¿Cómo se llama esta maravilla? __ pregunté sin dejar de comer.

__ Donde la descubrí, la llamaban Potaje de Berros__

__¿Sabes qué? Sí además hubieras tenido aquí una botella de tu amigo Heineken, el cervecero, este sería tu mejor truco de magia, amigo Merlín__