Por David Lorenzo

En 1821 el Virreinato de Nueva España se independiza del Imperio Español. La mayor parte del territorio liberado decide crear un nuevo Estado: México. El nombre fue puesto en honor de los mexihcah o aztecas. El territorio que ocupaba México en ese momento era mucho mayor que el actual. Dominaba un vastísimo territorio en lo que hoy es Estados Unidos, lo que casi doblaba su superficie. Hasta 1848 tuvo bajo su control los territorios que hoy forman los estados de California, Nevada, Utah, Arizona, Wyoming, Colorado, Nuevo México y Texas.

México desde su independencia consideró varias formas de gobierno, incluyendo la de establecer en el país un Imperio. La idea de Imperio estaba muy extendida en el siglo XIX. Muchos de estos regímenes iban acompañados de un cierto control político. Se garantizaba el liberalismo económico pero se limitaban los derechos sociales con el fin de mantener el “orden”. Se controla la prensa y el derecho de expresión. Se mantiene el sistema parlamentario-liberal, pero hay más control directo del monarca-emperador.

Durante la historia de México han existido dos imperios, aunque no muy duraderos. Son los siguientes:

1.  Primer Imperio Mexicano. Una vez lograda la independencia tras el Tratado de Córdoba, se aprueba crear un Imperio para garantizar la unidad del país. En un comienzo se tuvo la intención de que el trono imperial fuera ocupado por algún Borbón, dinastía real de España desde el siglo XVIII. Pero parte del gobierno provisional (regencia) se negaba a ello. Finalmente el militar Agustín de Iturbide es proclamado emperador. Iturbide era un general fiel a la corona española que tras la aprobación de la Constitución de 1812 durante el Trienio liberal (1820-23) pasó a liderar la independencia. Muchos criollos de Nueva España consideraban que esta Constitución iba en contra de sus intereses.

Aunque era el presidente de la Regencia la actitud de Iturbide no era del gusto de todos los congresistas. Coronado con el nombre de Agustín I en 1822 no logra contar con el apoyo de toda la Cámara de representantes. Una de las peores decisiones que tomó fue disolver la Asamblea Constituyente. Con ello se ganó a muchos enemigos. Además tuvo que afrontar una importante crisis económica. Los costes de la independencia habían sido muy altos y los mercados, tanto internos como externos, desconfiaban de la estabilidad del nuevo gobierno. Las medidas dictatoriales realizadas por Iturbide, así como la creciente recesión económica del país llevó a que se preparara su revocación. Mucho de los libertadores, como Antonio López de Santa Anna, Vicente Guerrero, Nicolas Bravo, etc., prepararon el Plan de Casa Mata. Se presionó para que Agustín I abdicase, lo que se logró en marzo de 1823.

Tras la abdicación de Iturbide comienza una nueva etapa para el país, que se consolidó tras ser fusilado en 1824. Así se establece una república federal, al igual que se había hecho en otros países sudamericanos durante la independencia. Como punto negativo gran parte de los Estados de Centroamérica se independizan de México.

2.  Segundo Imperio Mexicano. Tras la independencia la deuda mexicana no paraba de subir. Las tensiones entre liberales y conservadores en el país hacía que fueran constantes los conflictos. Uno de los más brutales (y caros) fue la Guerra de Reforma (1857-60), que dejó al país prácticamente en la ruina económica. Esto obligó al gobierno Mexicano (gobernado por Benito Juárez) a suspender los pagos por falta de liquidez. Esto molestó enormemente a los países europeos con los que México tenía deudas (sobre todo Reino Unido y Francia). Tan enfadados estaban que amenazaron con conquistar el país. Aunque se logró convencer a los británicos para retrasar el pago de la deuda Francia no accedió. La tensión no hizo sino incrementarse entre ambos países hasta que se llegó a un trato. Se accedía a que México fuese gobernado por un emperador extranjero que garantizase el pago de la deuda a Francia. Para este cargo se eligió al Archiduque austriaco Maximiliano de Hasburgo, aliado francés.

En abril de 1864 es coronado como Maximiliano I en la Catedral Metropolitana de Ciudad de México. Pronto demostró un cierto talante progresista, algo que no le beneficiaba. El apoyo que principalmente va a recibir en México va a ser de los conservadores. Ellos veían a Maximiliano como la garantía para conservar sus privilegios. Por su parte los liberales republicanos y otros grupos progresistas se negaban a apoyar a un monarca. Así el emperador que, con su política progresista va a ser apoyado únicamente por algunos liberales moderados. Esta forma de gobierno tampoco fue del agrado del Imperio Francés de Napoleón III. Lejos de defender los intereses sobre la deuda francesa Maximiliano decidió apoyar a las clases más desfavorecidas.  Los galos retiraron por ello el apoyo al emperador mexicano.

Aprovechando la falta de apoyos con los que contaba Maximiliano I los republicanos decidieron revocar al emperador. Para garantizar que en el futuro los Hasburgo no volvieran a exigir la corona en México se decidió tomar medidas radicales.  Fue llevado ante un tribunal militar, que decidió condenarlo a muerte. Es fusilado en junio de 1867 en México. Pero sus restos fueron embalsamados y enterrados en la Cripta Imperial de Viena, donde reposan hoy en día. Tras esta situación se volvió a instaurar la república mexicana, siendo de nuevo presidente Benito Juárez.

Estos son los dos imperios por los que pasó México durante toda su historia. Posteriormente el país  tuvo que soportar algunas dictaduras  (caso del Porfiriato). Sin embargo a pesar de ello, el país siempre volvió a los cauces democráticos.

Para saber más:

  • Blasio, José Luis (1996) Maximiliano íntimo: el Emperador Maximiliano y su corte: memorias de un secretario. México: Universidad Nacional Autónoma de México
  • Frasquet, Ivana (2007) “La “otra” Independencia de México: el primer imperio mexicano. Claves para la reflexión histórica”. En Revista Complutense de Historia de América. Madrid: Universidad Complutense de Madrid, nº 33
  • Orozco Linares, Fernando (2006) Historia de México: de la época prehispánica a nuestros días. México: Panorama Editorial