Por Rafael de Miguel

Expone por primera vez sus fotografías y ha elegido para el estreno Tenerife Espacio de las Artes (TEA) en la capital chicharrera. Juan Carlos Fresnadillo (Santa Cruz de Tenerife, 1967) es el cineasta canario más importante del momento. Además de la muestra fotográfica titulada Limbo, acaba de estrenar el piloto de la serie de televisión Falling Water y prepara el rodaje del largo Haunted producido por Steven Spielberg.

Limbo, ¿por qué ese nombre?

Lo puse yo. Tengo la sensación de que en todas las fotos de esta exposición, hay un elemento común en todas y es que los personajes y paisajes que aparecen están en una especie de tránsito, entre dos mundos, en una especie de cruce de caminos donde van a ir hacia un lado o hacia otro, llámese la luz o la oscuridad, llámese la redención o la tragedia. Creo que están en un lugar donde aparece algo de tránsito, de paso, pero algo emocional, no algo físico. Por eso creo que tenía sentido llamarla Limbo. Va a ser el espectador quien resuelva el misterio, la pregunta de hacia dónde van a ir, si es a un lugar más luminoso o más oscuro.

¿Qué busca con la fotografía?

Imágenes que me sirvan para buscar historias. La fotografía para mí es como mi cuaderno de notas, el lugar donde se cocinan mis películas. Mi acercamiento hacia el cine siempre comienza con una imagen que me cautiva e hipnotiza, de la que surgen mis personajes. Necesito la imagen como un elemento generador de la historia, de la narración.

¿Por qué usa el blanco y negro?

Creo que penetra más en la realidad, es casi como un bisturí que te ayuda a desvelar aquello que no es tan aparente en lo que se está capturando, como que se mete en la esencia de lo que está pasando ahí. Buscando ese limbo de lo que está pasando, el blanco y negro me ayuda a abrir esa puerta, correr la cortina y encontrarme con la esencia de esos personajes y esos lugares.

Personas, paisajes y pájaros pueblan la exposición…

Tengo varios temas favoritos y la familia es uno de ellos. Todo lo relacionado con lo familiar me produce mucha atracción. Creo que a veces la familia es una bendición y otras una maldición; un lugar donde crecer y sentirse seguro pero también del que se quiere escapar de alguna forma. Otro tema es la soledad. Paso mucho tiempo solo cuando viajo, por ejemplo, y creo que en esos momentos la fotografía se convierte para mí en un elemento de introspección y reflexión personal, en mí y en los lugares a los que voy. Observo desde esa posición e intento encontrar la intimidad en lugares masivos, como la foto del fondo de Nueva York. Esto me permite revelar otras dimensiones desconocidas.

Hay un par de fotos, una con un cuervo y otra con una banda de gaviotas que recuerdan a Hitchcock…

Es casi un homenaje a él, está hecha además en San Francisco que es la ciudad donde se rodó Los Pájaros. Me la encontré, estaba en el puerto y vi una bandada maravillosa de gaviotas e inevitablemente me acerqué y capturé justo ese momento de la desbandada, de explosión. Me encanta Hitchcock y que haya en esta primera exposición mía algo que recuerde algo suyo. Es, sin duda, el cineasta que más me ha inspirado en su estilo, su temática y universo. Es muy difícil encontrara en la historia del cine alguien que aúne calidad artística con capacidad de comunicar con el público. Creo que es un artista global en ese sentido, capaz de llegar a cualquier espectador del mundo.

Hablemos de cine, ¿le gustaría rodar en Canarias alguna de sus películas?

Varios de los proyectos en los que estaba metido en Estado Unidos se plantearon para venir a rodar aquí. Me resulta muy emocionante entrar en un estudio en Estados Unidos como Dreamworks y hablar de las Islas Canarias como lugar de rodaje, todo el mundo te mira como una posibilidad muy sensata, con lo cual es muy emocionante ver cómo tu tierra se ha convertido en un lugar donde es interesante venir a rodar. Te aseguro que cuando hablo de Canary Islands en cualquier estudio americano, y trabajo con varios, abren los ojos como platos porque todo el mundo sabe lo que está pasando aquí y que se han venido a rodar muchas películas, desde las de Riddley Scott o Ron Howard, ahora la de Brad Pitt… con lo cual se está generando la idea, o mejor dicho es una realidad, de que Canarias es uno de los platós del mundo más interesantes para rodar.

Un grupo de cineastas canarios piden infraestructuras para rodajes de películas.

Yo es que he dado un salto hacia otro lugar. Si viene por parte de las instituciones crear esa infraestructura fantástico, pero si no es así, tiene que venir por parte de la empresa privada. Durante mucho tiempo estuve en esa posición de pedir, quejarme… y no sé si tiene que ver con el hecho de que vivo en Estado Unidos, pero me he convertido en alguien muy pragmático. Creo que hay un gran potencial en el sector privado de Canarias y estoy totalmente de acuerdo con los cineastas con la idea de  crear una infraestructura, pero creo que tiene que venir más del sector privado que del público.

¿Cuáles son sus directores favoritos?

Soy muy fan de los Hermanos Cohen, de David Lynch, el franco canadiense Denis Villeneuve, que ha hecho Sicario y Prisoners; de Nicolas Winding Refn, de Alfred Hitchcock, de Riddley Scott… esos son los principales.

¿Con qué película sueña?

Me encantaría haber hecho la segunda parte de Blade Runner, soñé muchas veces con hacer la continuación de esa historia que me parece alucinante.