Por Verónica Martín

Hay sonrisas de esas que quitan el hipo. Dientes alineados, sin caries ni sarro y con un color agradable. Pero… no siempre lo conseguimos. Oímos muchos consejos de cómo deberíamos cepillarnos los dientes y que hay que cuidarnos del azúcar. Pero, ¿qué hay de cierto en todo ello?

La caries es la patología bucal más común en los españoles. Es la causante de la mayoría de la pérdida de piezas hasta el punto que según datos de la Sociedad Española de Periodoncia, en la actualidad un 90% de los españoles mayores de 65 años solo conserva una media de seis a 12 piezas dentales. Conservar nuestras piezas dentales sanas es un trabajo que debe hacerse desde la infancia y tiene mucho que ver con los hábitos de vida.

Además no es algo banal que tenga que ver solo con la sonrisa (aunque esto sea muy importante). Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los daños bucodentales tienen relación de alguna manera con las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, las patologías respiratorias crónicas y el cáncer.  Todas ellas relacionadas, a su vez, con las dietas desequilibradas, el tabaquismo o el consumo excesivo de alcohol.

Empecemos por el principio. Los dientes están formados por tejidos duros y blandos. Los tejidos duros son el esmalte, la dentina y el cemento radicular, mientras que los blandos son el paquete vasculonervioso, tejido pulpar o pulpa. Existe, además, el ligamento periodontal que es el que lo une al hueso que lo rodea. Este conjunto es lo que conocemos por dientes que son, además, la única parte del cuerpo humano que no se regenera por sí mismo. Así que cuando la caries ha llegado a dañar un diente profundamente la única solución es perderlo. Afortunadamente, la odontología nos da muchas soluciones posteriores a esta situación pero son caras tanto desde el punto de vista económico como de la salud del paciente. Y dolorosas. ¿Recuerdan un dolor de muelas? Pues eso… dolor.

Hay que tener en cuenta que la parte externa de los dientes es un tejido muy duro mineral compuesto por un 96% de materia inorgánica y un 4% de agua. Es el escudo protector del resto del diente. Sin embargo, la capa que está por debajo del esmalte es la dentina ahí sí hay terminaciones nerviosas y, por ello, cuando tenemos una caries nos afecta tanto y tenemos esos terribles dolores.

La caries no es más que una infección. Su causante es una bacteria que tiene el feo nombre de estreptococos mutans. La comunidad científica internacional asegura que el principal alimento de esta bacteria es la sacarosa y, por tanto, el dulce. Se ha llegado al consenso de que reducir el consumo de azúcares y promover una dieta sana y una higiene dental óptima, junto con el uso de flúor son las mejores vías para prevenir la aparición de caries en la boca.

Sin embargo, hay estudios que dejan claro que el azúcar no es el único causante de esta infección y que, incluso, el consumo de bebidas no azucaradas o las denominadas dietéticas también generan problemas bucales.  Los expertos explican que estos líquidos suelen contener ciertos ácidos para conservarlos y estos afectan a la desmineralización del esmalte que hace vulnerables a los dientes ante las bacterias.

El estudio publicado en el British Dental Journal (BDJ) hace ya dos años reveló que, efectivamente, “que la población ha de ser educada en el riesgo del consumo de productos que contienen sorbitol y xilitol ante el riesgo oculto de la erosión dental debido a los aditivos ácidos, así como los efectos adversos en trastornos gástricos y diarrea osmótica. Estos efectos adversos pueden ser más dañinos, y en especial en estos productos sin azúcar, puesto que las personas tienen plena confianza en que son buenos para la salud bucal”.

Por contra, existen ciertos alimentos que acompañados de una correcta higiene bucodental, ayudan a prevenir la aparición de caries. Se trata de todos los alimentos ricos en calcio como leche, yogures o quesos en todas sus variantes. Esto es porque contribuyen a elevar de forma natural los niveles de PH y se produce una mayor producción de saliva. Sin embargo, como alimentos que son el riesgo de que se queden restos entre los dientes y estos sean el inicio de una infección bucal no se descarta por su composición. Así, que no hay atajos: la limpieza bucodental es la única prevención real.

Un factor fundamental para que la carie se produzca es el tiempo que los restos de comida permanecen en la boca tras cada comida. Por ello, es necesario cepillarse los dientes con pasta dentífrica fluorada después de cada ingesta. Este hábito es, además, fundamental por la noche porque durante el sueño la salivación natural disminuye y aumenta la temperatura  en la boca lo que crea las condiciones óptimas para la proliferación de bacterias.