Por Sofía Clavijo
Existen pocos placeres tan reconfortantes y a la vez tan simples como darse un baño en el mar. No solo es un acto que nos hace más felices y nos ayuda a liberar tensiones, sino que tiene infinidad de beneficios para nuestra salud.
Si vives cerca del mar y te apetece cuidarte, aquí tienes las seis excusas perfectas para hacer un hueco en tu agenda e irte a dar un chapuzón.
- ¡Bye bye toxinas!
La presión que ejerce el agua sobre nuestro sistema circulatorio y linfático hace que este se reactive, produciendo un efecto drenante que nos ayuda a eliminar líquidos y toxinas que no necesitamos. Un plan detox 100% natural.
- Tu corazón lo agradece
Al estar sumergidos en el agua de mar nuestro cuerpo pesa unas ocho veces menos, y es entonces cuando nuestro corazón actúa con un esfuerzo mínimo. Digamos que es una forma de darle un pequeño respiro y favorecer a la reactivación de la circulación.
- Respiramos mejor
El yodo y los oligoelementos presentes en la brisa marina contribuyen a paliar los síntomas derivados de problemas respiratorios tales como el asma. Ayuda a desinflamar las vías mucosas y funciona como un potente descongestionante natural.
- A tu piel le encanta el agua salada…
Es un potente antibiótico y antiséptico, por eso es muy recomendable en periodos de cicatrización, ya que acelera el proceso y evita las infecciones de las heridas. Es también recomendable para mejorar los síntomas de ciertas afecciones cutáneas como los eccemas o la psoriasis. Además, actúa como exfoliante y ayuda a mantener la piel tersa y nutrida.
- Músculos y huesos más fuertes
Cualquier ejercicio que se practique en el agua de mar es beneficioso para músculos y huesos, ya que trabajan con un peso inferior al que lo hacen normalmente y se reducen de forma notable los impactos en las articulaciones.
Si sufres alguna enfermedad o lesión ósea o muscular, el agua de mar te ayudará gracias a sus oligoelementos, los cuales se absorben a través de la piel y favorecen así a la fijación del fósforo y el calcio en tus huesos.
- Y la más importante: nos hace más felices
La sensación de paz y sosiego que sentimos cuando estamos sumergidos en el agua salada no es casual… su alto contenido en iones negativos ayudan a segregar serotonina, ese famoso neurotransmisor que nos permite sentirnos bien y ser más felices.
Creo que tú también lo tienes claro… ¡Al agua pato!
Sofía Clavijo