Por vacaciona2
El archipiélago canario está plagado de castillos y fortalezas. Y no, no eran para dar cobijo a reyes o princesas, ni siquiera a la nobleza insular. Su número responde a la necesidad de defender a las islas de los ataques marítimos durante la edad moderna y contemporánea. No hay que olvidar que moriscos, incluso europeos, ponían rumbo a nuestras costas para saquearlas. Hoy en día muchos de estas edificaciones se mantienen de pie y se mantienen gracias a que sirven como instalaciones culturales. Repasamos algunos de los castillos en Canarias que albergan los museos más curiosos.
Castillo de San José (Lanzarote). La isla conejera es quizás la que tiene el mayor número de castillos en Canarias dedicados a albergar centros culturales. No hay que olvidar que es la más cercana a la costa africana, a unos 100 kilómetros. En arrecife encontramos el Castillo de San José, levantado a finales del siglo XVIII por mandato del rey Carlos III. Estuvo abandonado durante cerca de un siglo cuando dejó de tener uso, y en la década de los 70 fue reabierto como el Museo Internacional de Arte Contemporáneo. El artista local César Manrique echó mano al interior que, junto a obras de Picasso, Tàpies o Miró, es el mayor reclamo del lugar.

Castillo de San Gabriel (Lanzarote). La anterior fortificación complementaba desde lontananza al principal bastión de la ciudad, uno de los más importantes castillos de Canarias. Fue construido en 1576, y pocos años después ya sufrió un incendio debido a una incursión turco-argelina. Leonardo Torriani edificó el actual edificio en el Islote del Quemado. No fue hasta el siglo XVIII cuando se unió a la ciudad a través del popular Puente de Las Bolas. En la actualidad acoge el Museo de Historia de Arrecife, que expone piezas de la cultura aborígen, maquetas, facsímiles o trajes típicos que muestran la evolución de la capital conejera.

Castillo de Santa Bárbara (Lanzarote). La excepción a aquella regla de los castillos en Canarias es este, que se encuentra en el interior de la isla conejera. Originariamente era una torre de vigía, que fue ampliada a fines del siglo XVI para acoger a los habitantes de la Villa de Teguise (antigua capital de la isla) en caso de invasión. Dicho y hecho. En 1586 fue arrasado por los berberiscos. La reconstrucción actual también fue víctima del abandono hasta que en los años 90 fue retomada para su uso cultural. Acogió el Museo Etnográfico del Inmigrante Canario, pero desde 2011 se ha reconvertido en el Museo de la Piratería. Una temática bien apropiada…

Castillo de La Luz (Gran Canaria). Se trata de uno de los castillos en Canarias más antiguos, construido en 1494. En aquel entonces se levantó sobre un arrecife, en pleamar. Pero como vemos, hoy se sitúa bastante alejada de la costa debido a la extensión urbana de Las Palmas de Gran Canaria. No iba a ser menos que las demás y sufrió el ataque corsario, en su caso el del holandés Pieter Van Der Does, un siglo después. Ha pasado por distintas reconstrucciones hasta devolverle su aspecto original. Hoy en día es la sede de la Fundación Martín Chirino de Arte y Pensamiento, que exhibe una colección de obras del escultor canario.

Castillo de Mata (Gran Canaria). El corsario neerlandés Van Der Does también llegó a atacar esta otra fortaleza grancanaria, erigida pocos años antes. Recibió el nombre de Castillo de Casa Mata debido a que tenía la forma de edificación militar de casamata, donde apuntar ametralladoras o artillería. De hecho hasta finales del milenio servía todavía como residencia de artilleros. A día de hoy alberga en su interior un museo propio que desdobla su temática: la de la historia del castillo y su arqueología, de un lado, y la de la historia de la ciudad y su relación con el mar, de otra.

Torre del Conde (La Gomera). Realmente no es uno de los castillos en Canarias propiamente dicho. Incluso a pesar de ser de tipo militar, su objetivo era la ostentación del poder señorial en la isla. A mediados del siglo XV el conde Hernán Peraza ordenó su construcción, de estilo gótico tardío. Hizo bien porque en su interior se refugiaron los señores durante la rebelión de los gomeros. Ha resistido el paso de los siglos hasta convertirse en la actualidad en una exhibición de cartografía histórica de la isla colombina.

Castillo de San Miguel (Tenerife). Es de los pocos castillos en Canarias que no se localizan en una capital isleña. En Garachico, al noroeste de la isla picuda, encontramos esta fortificación también de fines del siglo XVI. Por entonces era la localidad con mayor tráfico portuario y, por lo tanto, debía de ser protegida especialmente desde el ataque francés de François Le Clerc poco antes. Perdió su función defensiva cuando el Volcán de Garachico sepultó parte del puerto en el siglo XVIII. En nuestros días se encuentra aquí el Centro de Información Patrimonial, dependiente de la Red de Museos del Cabildo de Tenerife.
