El descenso continúa serpenteando entre la masa verde de laureles, que conforman una cúpula infranqueable en las inmediaciones del Llano de los Viejos

A nuestra derecha, siempre el barranco; a nuestra izquierda, se descuelgan las descomunales paredes que conectan la crestería de la Caldera con el Reventón de los Cuatro Caminos

Su ubicación ha favorecido que argáricos, íberos, romanos y árabes, entre otros, construyeran aquí