Por Paula Albericio

 

Rafael Robaina, catedrático de Universidad de Biología y doctor en Ciencias del Mar, lleva más de dos años como rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, una labor que, según él mismo afirma, desgasta, pero que le hace sentir afortunado por poder hacer algo por la sociedad canaria. Justo en la mitad del mandato, él y su equipo pueden presumir de haber cumplido casi la totalidad del programa que presentaron y en el que han trabajado este tiempo a buen ritmo.

  • ¿Qué objetivos tiene para el nuevo curso?

El objetivo es mantener la hoja de ruta que significaba el proyecto que presentamos para desarrollarlo los cuatro años de mandato, pero si tuviera que destacar alguno de los ejes, además de que tenemos que seguir impartiendo docencia de calidad y seguir investigando, destacaría el ámbito de la internacionalización. Hemos definido un foco, hemos centrado nuestra actividad esencial y estratégicamente en el noroeste africano, creo que es un entorno geográficamente más relevante que otros para los canarios, y estamos recogiendo muy buenos resultados de esta interacción y de esta red que hemos creado con esa región y la Macaronesia; además, a través de presidencia de las RUP del Gobierno de Canarias, nos ha surgido la posibilidad de interaccionar con las universidades RUP y hemos presentado un consorcio, o sea, que RUP y África son nuestros objetivos inmediatos de internacionalización, pero también seguir ahondando en el empleo: somos la primera universidad española que ha creado un vicerrectorado que se ocupa del empleo y de la empleabilidad en general, tanto por cuenta propia como por cuenta ajena del alumnado. Estamos muy ilusionados con lo que está ocurriendo en nuestra universidad, estamos generando esa cultura de la necesidad de ocuparnos de dejar a los alumnos debidamente capacitados para darles tanto una mejor inserción como habilidades para crear empresas y que puedan incluso enriquecer el tejido. Y, cómo no, una de las cosas en las que seguimos trabajando y profundizando es dar el papel de transferencia y motor de innovación tecnológica de las universidades. Respecto de las novedades que pudieran surgir en el plano de programas docentes, me gustaría que pudiera ser este año ya una realidad la oferta dual que además está ya ambientada para el ámbito del turismo. Sabemos que la oferta dual es de formación directamente en la empresa durante un periodo importante, no las prácticas que tenemos en todos los grados actuales, sino que queremos que sea dirigida a los técnicos superiores, así que tenemos trabajo todavía para el próximo año.

 

  • ¿Cómo valora el estado de las universidades públicas de Canarias en la actualidad?

Las dos universidades son prácticamente simétricas, sirven a un colectivo muy similar, tenemos una estructura muy similar y nos complementamos en cuanto a las titulaciones. Como es bien sabido, en la ULPGC tenemos un perfil politécnico porque fue nuestro origen, mientras que la ULL tiende más hacia la ciencia, con independencia de que las dos tienen titulaciones que se repiten, de manera tal que hablar de una es hablar de la otra. Son dos buenas universidades, en un sistema público, el español, que es también bueno, a pesar de lo que parezca dentro de algunos contextos; las dos compiten de igual a igual dentro del sistema. Nosotros participamos en la CRUE, que es la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas, que tiene unos requisitos de entrada que no cumplen todas las universidades. Mi opinión es que, además de estar y tener un buen desempeño en el ámbito de la investigación, que es uno de los papeles de la universidad, también tenemos una productividad muy alta. Y ello pese a la inversión que se hace en Canarias en investigación, que no es la que necesitamos las dos universidades y es algo que venimos demandando desde hace tiempo. Pero es que además en Canarias se da una circunstancia que no se da en otros sitios, que las dos universidades puedan ser quizá los dos únicos instrumentos de desarrollo que tenemos para la innovación tecnológica, así que son no solo referencia, sino además pudieran ser la única de manera de en el futuro enriquecer nuestra economía… Porque no abundan por aquí otros medios como en otros lugares.

  • ¿Por qué cree que deberían apostar los estudiantes por cursar estudios en la universidad pública en lugar de en la privada?

Primero porque las universidades privadas que tenemos en Canarias están todavía en una fase muy joven, son inmaduras y no son, evidentemente, elementos de competencia en el mercado porque no han llegado a ese estadio. Además, la estructura socioeconómica que tenemos no está para muchas alegrías en el sentido de que todas las familias que sí que tienen talento entre sus miembros puedan acceder a una universidad privada, con los costes que ello representa. A la universidad pública no solo recurren porque están más asentadas, son más maduras y son las únicas que quizá puedan generar más confianza, pues el profesorado pasa por tres o cuatro procesos de selección, sino por las posibilidades que tiene nuestra región en cuanto a sus capacidades económicas. Si no tuviéramos las públicas estaríamos perdiendo muchísimo talento. Somos la solución que tiene la sociedad para rescatar ese talento y no perderlo, son imprescindibles desde ese punto de vista.

  • Hace unos meses resurgió, sobre todo en redes sociales, la polémica sobre si en Canarias son más fáciles las pruebas de acceso a la universidad que en el resto del país. ¿Qué opina de esto?

 

Observo en quien opina así un desconocimiento completo, porque la nota de acceso a la universidad no es la nota del examen de la EBAU, que solo aporta un 40 % y que por lo general normaliza los niveles y suele tender a la baja sobre las notas que se traen del bachillerato y que aportan el 60 % a la nota de acceso a la universidad. Poner en duda esto no es poner en duda el examen de acceso, sino poner en duda todo el sistema canario de acceso, desde el bachillerato. Además, son pruebas distintas, ni más fáciles ni más difíciles, son pruebas con criterios de evaluación distintos que además se vienen consensuando durante todo el año y son producto de nuestra propia realidad. No hay diferencias reales y contrastadas entre un examen y otro. A lo que sí me niego es a una prueba única nacional, porque cada sitio tiene su estructura y antes de eso habría que revisar el distrito único común español, al que sí podríamos volver con una prueba por comunidades, pero creo que esto no se ha puesto encima de la mesa.

 

  • Tras más de dos años en el cargo, ¿qué balance hace de su etapa como rector?

Llevo casi dos años y medio, sí. Mi balance es muy positivo, tenemos el 80 % de nuestro programa, si no el 90 %, ya implementado y tenemos este tiempo que resta para ajustar lo que no hayamos puesto debidamente y poder recoger algunos resultados que nos den la medida de lo acertados o no que hemos estado. Desde nuestra perspectiva, y sin ser autocomplacientes, sino constatando la realidad, tenemos reuniones de repaso de las acciones de gobierno y la última que hicimos, que fue repaso de la mitad, el paso de ecuador, determinaba un nivel de cumplimiento muy alto de nuestro compromiso. Estamos muy contentos.

  • Quizá sea pronto, pero ¿tiene en mente presentarse de nuevo?

Esto es muy duro (ríe), hay que hacer balance de este periodo. Ver lo que se haya quedado, el encaje y el resultado que da y quizá cabría replantearse un segundo periodo y sobre todo si de aquí a 2020 se hay un nuevo proyecto, las circunstancias se dan y se puede armar no solo un nuevo proyecto, sino un equipo. No trabajo solo, estos éxitos son de un equipo de hombres y mujeres que se están dejando las pestañas… Dependerá de todo eso, para que se pueda uno animar a un segundo periodo.

  • Pase lo que pase, supongo que su futuro estará siempre ligado a la docencia…

SÍ, yo soy catedrático de universidad y ese es mi ADN. Tengo mi laboratorio ahí esperándome, y tengo mis líneas de investigación y tengo mi alumnado esperándome, y eso me llena mucho. Me encanta la docencia, he aprendido y crecido en esta faceta como rector, pero no me olvido de que soy catedrático de Fisiología Vegetal y tengo mis alguitas, quiero alimentar a todo el mundo. Es cierto que como rector ves antes los resultados del trabajo, mientras que en el proceso de investigación tardas mucho más en ver los frutos. Como rector, hacer algo por la sociedad canaria es lo que más me ha gustado.