Por Paula Albericio

Fotografías por Alex Díaz

Belén Lorenzo nació en Santa Cruz de La Palma hace 39 años. Me cuenta que de pequeña le gustaba escuchar historias e inventárselas: “Iba por el mundo fijándome en cualquier detalle que disparara mi imaginación. Me temo que eso no ha cambiado todavía, pues continúo paseando por las calles mientras pienso argumentos con los que escribir cuentos, aforismos y poemas”. En 2010 abrió el blog Relatos para leer de pie y empezó a dar a conocer su trabajo literario. A partir de entonces publicó algunos libros y hace poco presentó el último de ellos, Etéreos, un conjunto de microrrelatos situados en una isla ficticia inspirada en La Palma.

Además del municipio donde nació, se siente vinculada a Fuencaliente y a San Andrés y Sauces. “Mis padres y mis abuelos nacieron en Fuencaliente, así que procedo del sur de la Isla. Sin embargo, la vida me ha llevado hacia el norte, a San Andrés y Sauces, donde trabajo como archivera en su Ayuntamiento. El recorrido que haremos será justo al contrario: desde el norte hacia el sur, desde mi presente hacia mi origen”.

De su mano y a través de sus palabras conocemos los tres rincones favoritos de Belén en la Isla Bonita.

La villa de San Andrés (San Andrés y Sauces)

San Andres

San Andrés y Sauces es un lugar lleno de historia, pues en él se encuentra uno de los núcleos más antiguos de La Palma: la villa de San Andrés. Fue la población más rica y floreciente de la Isla durante el siglo XVI y parte del XVII, después de la capital. La importancia de ambas localidades se demuestra en el hecho de que las dos poseyeron escribanos públicos en aquellos momentos. En atención a su relevancia, la villa de San Andrés fue declarada Bien de Interés Cultural, con categoría de Conjunto Histórico, en 2015. Su iglesia ya ostentaba este reconocimiento, como Monumento, desde 1985. “Los años que llevo trabajando en San Andrés y Sauces como archivera municipal han hecho que cada día valore y me identifique más con su historia y sus costumbres”, señala Belén.

La plaza de España (Santa Cruz de La Palma)

Plaza España

“El corazón de Santa Cruz de La Palma es esta plaza, donde todos los que nacimos aquí jugamos en algún momento a encaramarnos a la escultura del señor Díaz –nos cuenta Lorenzo–. Es uno de los escenarios de la Semana Santa de la capital, de las Fiestas Lustrales de la Bajada de la Virgen, de Los Indianos… Lo mejor de Santa Cruz de La Palma ocurre en este lugar. Pero, además, es un incomparable conjunto renacentista sin igual en Canarias. En origen se encontraba unida a la calle Real y contaba con una pendiente muy pronunciada, pero esto cambió a finales del siglo XIX. Las obras concluyeron en 1897, cuando se erigió un monumento en recuerdo del sacerdote Manuel Díaz Hernández. Mi afinidad con esta plaza empezó siendo niña, pero creció cuando estudié Historia del Arte en la Universidad de La Laguna y comprendí su valor. Ahora me gusta observarla y formar parte de ella”.

Las Salinas (Fuencaliente de La Palma)

Faro de Fuencaliente

“Cada vez que pienso en el mar recuerdo la costa de Fuencaliente. En este municipio pasé mis primeros meses de vida y siempre que puedo regreso a él para reencontrarme con lo que soy, con el sitio del que procedo. Respirar el mar, disfrutar del paisaje volcánico y del contraste de sus colores me devuelve la calma. Este entorno, donde conviven el antiguo faro y el nuevo, es muy especial. El primero fue construido a comienzos del siglo pasado, y hoy acoge el Centro de Interpretación de la Reserva Marina; el actual le hace compañía desde los años ochenta. Las Salinas, declaradas Sitio de Interés Científico por ser el lugar de descanso de muchas aves migratorias, constituyen además un innegable reclamo paisajístico del municipio. Sin duda, los mejores atardeceres los he visto en este lugar”.