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Por David Sendra Domènech
Fotografías por Fotolia
Las Cíes son un auténtico tesoro natural con una larga y profunda historia. Un paraíso de paradisíacas playas que invita a mil y una actividades para todos los gustos en un espacio excepcional y único, ideal para conectarse con la naturaleza.
El Parque Nacional Marítimo Terrestre das Illas Atlánticas de Galicia engloba a las Cíes, un archipiélago donde se aglutinan matorrales y dunas, acantilados escarpados, playas paradisíacas y fondos marinos de riqueza excepcional; un mosaico natural de enorme biodiversidad, paraíso para los amantes de la flora y la fauna. Lo primero que cualquier potencial visitante debe saber es que el acceso a las Cíes no está liberado, sino que hay un cupo diario de 2200 personas y que tampoco se puede acampar en ellas salvo que tengas plaza reservada. Lo segundo es que las Cíes la componen tres islas: Monte Agudo, O Faro y San Martiño, las dos primeras unidas por el famoso y largo arenal conocido como playa de Rodas.
Con el viaje ya se inicia la aventura, puesto que solo por mar se accede a las islas. Desde Vigo hay barcos que llegan a Monte Agudo y O Faro, pero acercarse a San Martiño apenas se puede hacer con barco privado y previo permiso de fondeo. Una vez en las islas puedes optar por practicar senderismo en alguno de sus caminos, que invitan a recorrer la naturaleza sin prisa. Uno puede hacer la ruta del Monte Faro, de unos siete kilómetros, que va subiendo en zigzag hasta el faro, desde donde podemos admirar el conjunto del archipiélago y tener unas espectaculares vistas de la ría de Vigo; además, en el camino tendrás oportunidad de conocer la Pedra da Campá, trabajada por los vientos, y las aves que pueblan el acantilado (especialmente gaviotas patiamarillas y cormoranes moñudos). Al bajar, en caso de que no se esté muy cansado, se puede iniciar la ruta del Faro de A Porta, que empieza unos 200 metros antes de llegar al cruce que lleva al observatorio de las aves. Ese sendero bordea la zona menos conocida de O Faro, la costa meridional, en dirección al segundo faro. Otras dos rutas altamente recomendadas son la del Alto del Príncipe, que asciende al alto de la isla de Monte Agudo pasando próximos al complejo dunar de Figueiras-Muxieiro, y la ruta del Monte Agudo, que transcurre entre los bosques.
En cualquier ruta habrá oportunidad de admirar las maravillosas playas de aguas cristalinas; son un total de nueve, de arena fina y blanca para todos los gustos. En la isla de Monte Agudo se encuentran las de Areíña; Cantareira, pequeño arenal con cantos rodados y con bosque a las espaldas; Margaridas, en el norte de la isla; Muxieiros, junto al embarcadero de Rodas; y Figueiras, hermosa y tranquila playa bien protegida en la que se practica el nudismo. Destaque especial tiene la playa de Rodas, la que une las islas de Monte Agudo y O Faro, con su kilómetro y trescientos metros de largo y unos sesenta de ancho. Rodas está al lado del muelle donde llegan los barcos del continente y es una espectacular playa –flanqueada por dunas– de arena fina y blanca en contraste con las cristalinas aguas de color esmeralda. En O Faro se esconden dos encantadoras playas: Bolos y Nosa Señora, y, finalmente, en la Isla de San Martiño hay una playa de mismo nombre apenas accesible en barco privado.
Pero la diversión no finaliza ahí. Si bien uno puede hacer una visita de ida y vuelta el mismo día, el que desee, previa solicitud de permiso, podrá acampar en las islas y dormir y despertar con el sonido del oleaje y las aves, algo sin duda mágico. El camping tiene 800 plazas y en caso de que no tengas tienda de campaña, la puedes alquilar allí mismo. Además, si lo tuyo es el buceo, el entorno de las Cíes es un auténtico espectáculo de la naturaleza, con un ecosistema realmente bello. Descubrir los secretos del fondo marino mientras uno se cruza con los peces y los bosques de anémonas es sin duda una experiencia única.
Para pedir permisos: Iatlanticas o en Islascies.