Por Cristina Torres Luzón. Ilustración por Ilustre Mario

En España contamos con la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), que coordina y facilita las actividades de donación, extracción, preservación, distribución, intercambio y trasplante de órganos, tejidos y células en el conjunto del sistema sanitario español.

La Ley de Trasplantes española recoge que todos somos donantes si no hemos expresado lo contrario. Sin embargo, a día de hoy para corroborar que la persona estaba de acuerdo se consulta a sus familiares y allegados. La tarjeta de donante tiene un valor testimonial. Con validez legal que no requiera el consentimiento familiar existe la declaración de voluntades anticipadas, donde las personas manifiestan sus decisiones respecto al final de la vida, como puede ser la donación de órganos.

Hablamos de un proceso altruista y cubierto por el Sistema Nacional de Salud, en el que todos los receptores tienen igualdad de acceso y la asignación se basa en criterios clínicos y territoriales.

El primer criterio es si existe una urgencia 0, situación crítica en la que la persona necesita ser trasplantada antes de 48 horas. Si no es el caso pasamos a usar criterios territoriales (para que el órgano esté el menor tiempo sin oxígeno) y clínicos (grupo sanguíneo, características antropométricas, gravedad del paciente…).

Podemos estar orgullosos de tener la mayor tasa de donación del mundo, que desde 2010 ha experimentado un incremento importante. En 2017 hubo 2183 fallecidos que donaron, aunque de 277 no se pudo utilizar ningún órgano. Debemos saber que se puede indicar que no se desea donar algo en concreto; de lo contrario, se entiende que la donación será completa.

¿Y qué se puede donar? Lo más conocido son los órganos como riñones, hígado, corazón, páncreas, estómago, intestino y pulmones. Además, están los tejidos (hueso, tendones, córneas, piel, válvulas cardíacas…), médula ósea y células de sangre del cordón umbilical.

También es importante conocer que en España se acepta la donación de órganos por parte de seres vivos. Debido a que es insuficiente el número de órganos disponibles se oferta que familiares o personas con relación afectiva puedan ceder uno de sus riñones a la persona necesitada. Cuando entre la pareja donante-receptor no existe compatibilidad podemos optar por una donación cruzada con otra pareja de iguales características. Para más información podemos visitar la página web de la ONT: vivorenal.ont.es.

Podemos estar orgullosos de tener la mayor tasa de donación del mundo, que desde 2010 ha experimentado un incremento importante

Por otro lado, la donación de médula ósea es una opción accesible para todos sin tener que morir. Hacerte donante es sencillo y si alguien es compatible contigo podrás hacerlo de forma indolora por sangre. Si queremos más información podemos encontrarla en medulaosea.ont.es. A finales del 2017 en España había registrados 360 000 donantes, pero es necesario que este número aumente. Pablo Ráez fue un gran impulsor de este tipo de donaciones y contribuyó a dar a conocer cómo la donación de médula ósea salva vidas.

Por último, existe la donación de células del cordón umbilical, para la que disponemos de bancos públicos coordinados con los centros sanitarios públicos españoles. Es importante que los futuros padres se informen para decidir si desean llevarla a cabo. En este caso los receptores son personas que padecen determinadas enfermedades congénitas o adquiridas de la médula ósea, tales como las leucemias agudas o crónicas, etc. Cuando no hay receptores compatibles se pueden usar para la investigación.

¿Y quiénes son los receptores? Son todas aquellas personas que presentan un daño irreversible en un órgano, que no puede ser curado por tratamiento médico, o aquellas para las que la donación es la única solución para evitar la muerte o para llevar una mejor calidad de vida.

Todos en algún momento de nuestra vida podemos enfermar y precisar un órgano o tejido para poder vivir o mejorar nuestra calidad de vida, como es el caso de las personas con fallo renal que se encuentran en diálisis. De este modo, uno nunca sabe si algún día será receptor.

En cambio, ser donantes es algo que depende de nosotros. Solo debemos comunicarlo y si decidimos serlo de médula ósea podemos hacerlo desde hoy mismo. Tuya es la elección, ¿qué dices?