Por Aarón Rodríguez González

Entre Montaña Gorda y el Lomo del Palo, sustentado durante centurias por la actividad agrícola y pastoril que ha dado vida y carácter al hermoso interior de Gran Canaria, se encuentra la aldea de Fagajesto. Aquí, por encima de los mil metros de altitud, en tierras con frecuencia bañadas por las brumas del alisio, se inicia nuestro recorrido, que nos llevará hasta el puerto natural del noroeste del “continente en miniatura”.

El primer tramo discurre por el barranco de los Cabucos, una estrecha garganta que nos permite, en apenas dos kilómetros de zigzag por un sinuoso camino descendente, llegar hasta El Sao, a poco más de 460 metros sobre el nivel del mar, ya en el cauce del barranco de Agaete. Durante todo este primer tramo disfrutaremos de asombrosas vistas sobre la cabecera de esta formidable cuenca, que se abre hacia el noroeste desde las estribaciones orientales del emblemático macizo de Tamadaba. La senda discurre ahora a lo largo del cauce, ya con menor pendiente. Al alcanzar la montaña de las Vueltas, la vista es sobrecogedora. Las, hasta ahora, estrechas paredes del barranco se separan considerablemente y dejan paso a un fértil y hermoso valle que yace a nuestros pies, más de trescientos metros por debajo de la posición en la que nos encontramos. A lo lejos, emergiendo sobre las aguas, se destaca la figura de las montañas de Anaga, en el noreste de la isla de Tenerife. Tras disfrutar de la excepcional vista, descendemos hacia el fondo del valle y seguimos el camino que discurre paralelo al barranco, pasando por los barrios de San Pedro, Las Cuevecillas y La Suerte. Finalizamos nuestra ruta recorriendo las calles de Agaete, hasta la iglesia matriz de Nuestra Señora de la Concepción.

Desnivel positivo: 150 metros de ascenso.

Desnivel negativo: 1130 metros de descenso.

Longitud: 9,3 kilómetros.

Cota máxima: 1020 metros de altitud.

Cota mínima: 40 metros de altitud.

Lugares de interés cercanos: aunque el sendero no discurre por el interior de espacios naturales protegidos, sí lo hace en las proximidades de dos de los más singulares e impresionantes de Gran Canaria. Se trata del Paisaje Protegido de las Cumbres, al sureste de Fagajesto, y, sobre todo, del Parque Natural de Tamadaba, al suroeste.

Observaciones: el recorrido por el sendero es casi enteramente descendente, por lo que, a pesar de su corta longitud, somete a una importante exigencia a las rodillas. Por lo tanto, recomendamos el uso de bastones. Por otra parte, al iniciar el recorrido desde más de mil metros de altitud, las panorámicas de las que disfrutamos durante todo el trayecto son fantásticas.

¿Sabías que el lugar de Agaete, junto con su puerto natural y la torre defensiva que los castellanos construyeron aquí, fue un enclave fundamental para los conquistadores castellanos en el proceso de sometimiento de la tenaz resistencia aborigen del norte de Gran Canaria?