El futuro no se puede prever, pero sí se puede preparar. Desde los albores del presente siglo, y en particular en su informe titulado Un mundo nuevo (2000), la UNESCO viene propugnando que la anticipación y la prevención, la reflexión y la acción prospectivas son imperativos absolutos en nuestros días y por ello propone a la comunidad internacional la creación de foros intelectuales y éticos orientados al futuro, con el concurso de científicos, creadores, responsables, expertos y de la sociedad en su conjunto. Porque el progreso científico, el saber y la apertura de espíritu forman parte del acervo común de la Humanidad. Hoy día, “proteger no basta, hace falta preparar el porvenir”.

En la preparación del porvenir la ciencia juega un papel crucial. El desarrollo de los pueblos es impensable sin la ciencia. El camino más seguro hacia el desarrollo consiste en reducir la brecha del conocimiento entre los países avanzados y los atrasados. Pues la mejora en la calidad de vida depende más de los avances científicos que de la acumulación de capital. Lo que realmente separa a los países desarrollados de los menos desarrollados no es el diferencial de recursos o de productividad, sino la brecha en el nivel de conocimientos.

Este es el espíritu que anima CAMPUS ÁFRICA, un programa internacional de la Universidad de La Laguna, mediante el cual la universidad más antigua del Atlántico Medio aspira a colaborar en la empresa común de proyectar Canarias hacia el continente africano. En su tercera edición, celebrada del 11 al 26 del pasado mes de julio, un conjunto de universitarios, que incluía 120 becarios africanos, 133 profesores, y público en general, reflexionaron en 45 seminarios sobre los variados retos que el proceso globalizador presenta a las sociedades insulares y continentales africanas. La ciudad de La Laguna cumplió así, una vez más, con su vocación internacional e hizo honor a la definición que de ella ofreció el poeta Antonio de Viana hace cuatro siglos como “ciudad del trabajo, del estudio y de la ciencia”.