Por Juan José Ramos Melo @JuanjoRamosEco

Abuko es una de las reservas naturales más pequeñas del oeste de África. Con tan solo un centenar de hectáreas, ofrece una excelente posibilidad de observar y fotografiar diferentes especies de flora y fauna silvestre. Está formada por una frondosa selva tropical a la ribera del arroyo de Lamín, donde se intercalan gigantescos árboles con pozas cubiertas de nenúfares y lirios de agua. Cocodrilos, monos, calaos, garzas y ardillas deambulan tranquilamente a escasos metros de los senderos que cruzan la reserva. Un lugar magnífico para evadirse de las playas de Senegambia y la ruidosa ciudad de Banjul, capital del país.

Creada en la década de los sesenta del pasado siglo XX, su principal fin fue el de conservar el manantial y arroyo de agua dulce de Lamín y los estanques que se encuentran en su interior. La reserva está cubierta por una especie de selva tropical frondosa que adopta forma de bosque de galería en torno al arroyo y de sabana semidesértica en la zona externa. Algunos árboles de gran tamaño dan a este espacio un aspecto de auténtica jungla: palmeras de varias especies, lianas y enredaderas trepadoras que estrangulan los troncos de árboles frutales, charcas pobladas por nenúfares, lirios de agua y una infinidad de plantas acuáticas… Hasta el momento se han identificado en el lugar más de doscientas especies vegetales.

Durante los meses de noviembre y diciembre, tras las temporadas de las lluvias, la reserva ofrece su mejor aspecto: multitud de árboles y plantas florecen y muestran sus frutos a todo un ejército de insectos de diferentes formas y colores. Entre ellos destaca la gran cantidad de mariposas diurnas y nocturnas que revolotean de flor en flor en busca de alimento; tal vez uno de los grupos faunísticos más espectaculares del lugar, que cada otoño invaden la reserva con sus alas multicolores.

Los campos de cultivo y viviendas cercanas han ido rodeando la reserva natural y convirtiéndola en un vergel que sirve como refugio a la fauna y flora silvestre. En ella se pueden observar a muy corta distancia hasta cuatro especies diferentes de primates: mono vervet, mono verde, mono patas y colobo rojo; diversas especies de mamíferos de costumbres arbóreas como galagos y ardillas; mangostas y jinetas e incluso algunos ejemplares de antílopes de pequeño tamaño que se mantienen en semicautividad.

En las zonas húmedas habitan los cocodrilos enano y del Nilo, dos de los reptiles más grandes del continente africano. Mambas verde, esmeralda y pitón negra son algunas de las serpientes que con cierta facilidad se pueden observar cruzando el sendero mientras lo recorres a pie. Además, un importante número de varanos de gran tamaño acechan el despiste de aves o pequeños roedores para echarse un bocado.

Desde hace algunos años, Abuko se ha convertido en un lugar de culto para muchos de los miles de observadores de aves que cada año visitan Gambia. La posibilidad de ver al buitre de las palmeras, la garza cabecinegra, el turaco verde, el calao blanquinegro, el papamoscas del paraíso y hasta trescientas especies más lo hacen irresistible para cualquier amante de la naturaleza. Además, la facilidad para fotografiar aves desde escondites y observatorios amplía las posibilidades de disfrutar de ellas.

Lamentablemente, los servicios que ofrece la reserva son limitados y se encuentran en muy mal estado de conservación. Existen dos observatorios de fauna: el más popular y con más posibilidades de ver un mayor número de especies en buenas condiciones es la estación de campo Darwin, junto a las charcas de Bambú Pool. Durante la estación seca, de marzo a mayo, este lugar se convierte en un auténtico hervidero de aves de infinidad de formas y colores que vienen a beber desde muy lejos.

Una pequeña red de senderos con algunas señales y paneles informativos sirve para adentrarte a pie, y con algo de calma y paciencia descubrir la exuberante naturaleza que guarda Abuko.

En el sector sur de la reserva se encuentra ubicado el orfanato de animales, creado en los años noventa para acoger ejemplares heridos, crías abandonadas y mascotas mantenidas ilegalmente. En la actualidad viven en él un grupo de hienas moteadas y algunos babuinos y deambulan por aquí también algunos buitres monjes y monos.

Datos de interés

-Es visitable todo el año.

-Para acceder se debe pagar una pequeña entrada.

-Aunque es perfectamente visitable por cuenta propia, contratar un guía desde el hotel nos garantizará observar un mayor número de animales y aprender de la cultura local y su relación con la naturaleza.