Por Sylvia Madero

Fotografía por Dácil Pérez de Guzmán

Con 25 años de experiencia en cine, en los departamentos de producción y dirección, sus trabajos han sido premiados en festivales nacionales e internacionales. Aunque sevillana de nacimiento, es herreña de adopción. Reside en El Hierro desde 2014 y aquí rodó el largometraje La última isla, inspirado en los recuerdos de sus veranos infantiles en este lugar. Desde su casa en el Tamaduste lucha por reducir la huella que dejamos en el planeta apostando por la permacultura junto con varias familias de la zona que viven de forma similar. Todos ellos han formado una comunidad de intercambio y ayuda que reduce el consumo, cultiva su propia comida e intenta recuperar lo que de algún modo se ha perdido: la vida en la Isla hace solo dos generaciones. Afirma que las claves están en “trabajar con los recursos naturales, aprovechar el agua al máximo sin derroches, animales que complementan la dieta, las labores y el abono, y reducir al máximo el consumo de plásticos y derivados del petróleo”. Además, se encuentra creando un centro de arte inclusivo para trabajar el arte como desarrollo personal en entornos naturales, integrando a personas con diversidad funcional.