Por David Lorenzo

Hace más de 100 años (102 para ser exactos) que tuvo lugar la apertura del Teatro Leal. Este era un anhelo del filántropo Antonio Leal Martín, quien había heredado de sus familiares una gran fortuna hecha en Cuba. La creación del teatro tuvo su mérito. La Laguna ya no era la espléndida y rica  ciudad, Capital “de facto” de Canarias desde los siglos XVI al XVIII. Santa Cruz le había quitado protagonismo. La Laguna en ese momento estaba sufriendo una profunda crisis.

La Laguna en ese momento se puede decir que vivía gracias a la presencia del Obispado y en el futuro a la sede universitaria. Muchas viviendas habían sido abandonadas a lo largo de los siglos y pocos comercios quedaban en la antiguamente esplendida ciudad. A pesar de esta situación Antonio Leal se armó de valor y mandó a Antonio Pintor a diseñar un teatro para la ciudad.

A esto también se le une la situación que estaba sufriendo todo el archipiélago. Desde hacía décadas el Estado poco había invertido en obra pública en Canarias. A esto se le une que apenas existía relación comercial. Más parecía que el archipiélago era un territorio británico antes que español. Por lo tanto, al igual que en La Laguna, existía una crisis importante en toda Canarias, que aunque no económica, si fundamentalmente política y social.

También habían conflictos regionales. El “problema canario” o “pique insular” era constante. Cada poco tiempo salía a la luz, sobre todo en prensa, algún conflicto entre Gran Canaria y Tenerife.

Se eligió para diseñar el Teatro Leal un estilo que estaba de moda en aquella época. Es por eso por lo que se decidieron por el eclecticismo, que le da un aspecto peculiar al edificio. A pesar de la mezcla de estilos en su fachada mantiene una perfecta simetría, decorado con todo tipo de relieves y figuras que sobresalen del frente del edificio.

Cuando se abrió fue en septiembre de 1915 se convirtió en todo un espectáculo para La Laguna. Por fin habían conseguir el tan esperado teatro de la ciudad. Recibió el nombre de la familia, de forma que se quedó como Teatro Leal. La ceremonia de apertura corrió a cargo del también centenario Ateneo de La Laguna, posiblemente la asociación más activa existente en la ciudad en esa época.

Tampoco fue casualidad que se eligiera septiembre para abrir el Teatro Leal. Se aprovechó que durante ese mes se hacían las fiestas del Cristo, las históricamente más importantes de la ciudad. El acto de apertura se conoció con el nombre de Fiesta de las Espérides. En él hubo un importante número de actividades. Muchos poetas canarios presentaron sus obras en público e incluso se usó la banda de música municipal de Santa Cruz para tocar varias canciones.

Fue un evento bastante sonado en Tenerife. El Teatro Leal consiguió su primer éxito, tener lleno total el día de su inauguración. Desde ese momento nunca ha defraudado. Hoy en día sigue siendo un espacio clave en la ciudad para la cultura. Un teatro de todos los laguneros y de los canarios en general.

Para saber más:

  • Pérez Díaz, Antonio Manuel (2015) “Presentación” [Fiesta del Arte 2015. Centenario de la inauguración del Teatro Leal]. En Cuadernos del Ateneo. La Laguna: Ateneo de La Laguna