Por Daniel Prieto

Ilustración por Ilustre Mario

Sequedad ocular, fotofobia, deslumbramientos, visión borrosa, dolores de cabeza continuados tras horas frente al ordenador, sensación de arenilla en el ojo… Todos ellos son indicadores de que nuestra vista está pidiendo a gritos una visita al oftalmólogo para realizar la correspondiente revisión. Quizá, como con tantas cosas que vamos relegando por no considerar prioritarias, no le prestamos atención hasta que el problema aparece, pero trata de no retrasarla, pues de ella depende en gran medida la salud de tu visión y, lo ideal, es no esperar a tener síntomas, sino poner la revisión anual como uno de los deberes en nuestra agenda de salud de cada año.

Cuidar la vista, uno de los sentidos más sensibles al paso del tiempo, mediante la prevención, es fundamental. Y aunque a priori de pereza hacerle un hueco, piensa que solo hay que planificar las visitas regulares al oftalmólogo. Un examen integral y periódico de la vista que incluya pruebas de agudeza visual, un estudio del fondo de ojo y otras exploraciones en función de la alteración a tratar, previenen enfermedades oculares graves y son la vía para frenar su evolución.

¿Cada cuánto tiempo debemos acudir al oculista?

Todo el mundo necesita hacerse exploraciones oculares con regularidad, si bien, y en función de diferentes factores, el intervalo de tiempo entre visitas puede variar. Así, el doctor Óscar Asís Vainer, especialista en Oftalmología en Hospital Perpetuo Socorro, señala que “la visita al oculista, salvo indicación específica, deberá realizarse una vez al año”.

“En líneas generales anualmente. Es importante acudir de manera preventiva, ya que muchas de las patologías del ojo son silentes y cuando dan síntomas es tarde para el tratamiento, como por ejemplo el glaucoma”, señala en este mismo contexto la doctora Dra. Cecilia Rodríguez Luna, Médica Oftalmóloga. Cirugía Plástica Ocular

“Lo recomendable es que como mínimo se debe acudir al oculista u oftalmólogo cada dos años. En el caso de niños, a cualquier edad, si tuercen los ojos o si los padres sospechan que el niño no ve bien. En el caso de adultos, si hay antecedentes familiares de gravedad, cada dos años para medir la visión intraocular. El glaucoma, o como se denomina comúnmente la ceguera silenciosa, es una enfermedad crónica, progresiva y asintomática, que no avisa, relacionada con la presión intraocular. Cuando el paciente empieza a notar defectos en el campo visual, ya se ha llegado tarde al tratamiento, de ahí la importancia del diagnóstico precoz a través de revisiones anuales. El glaucoma tiene un importante componente hereditario”, señala la Dra. Oana Stirbu, Especialista en Glaucoma en Clínica Muiños.

“En niños la aparición de dolores de cabeza, orzuelos a repetición, desviación ocular, problemas para copiar en clase, lagrimeo  deben ponernos en aviso para hacer una consulta. En adultos visión borrosa sobretodo de cerca, moscas volantes, dolor ocular u ojo rojo, picor. Pero es importante saber que hay patologías que no dan síntomas hasta fases muy tardías como el glaucoma, por lo cual no hay que esperar a tener síntomas para acudir a revisión”, advierte la doctora Rodríguez Luna.

Pérdida de agudeza visual, distorsión en las imágenes que vemos,  visión de puntos negros o destellos, dolor y enrojecimiento ocular, sensación de sequedad ocular, inflamación de los párpados, legañas…, son un ejemplo de los síntomas que nos pueden poner en aviso para que vayamos a una revisión, tal y como indica el doctor Asís Vainer.

Añade el Dr. José Alberto Muiños, Director Médico de Clínica Muiños y Especialista en Cirugía Refractiva que “los niños con problemas visuales deben ser vistos cada 6 meses y los adultos con alguna patología, cada año. Además, en caso de glaucoma es fundamental el seguimiento periódico para ajustar el tratamiento”.

En este sentido, la doctora Cecilia Rodríguez Luna añade que “hay etapas en las que es más importante hacer revisiones. Por ejemplo en la niñez para comprobar el correcto desarrollo visual. En el caso del ojo vago o ambliopía, tiene tratamiento cuando se detecta antes de los 8 años. Si se detecta en el adulto ya no tiene solución”

Especifica la Dra. Rodríguez Luna las revisiones oculares por grupo de edad:

– Al nacer para descartar anomalías congénitas

– A los 3-4 años, cuando el paciente ya puede colaborar para su primer examen completo

– Una vez por año hasta los 10 años para vigilar el correcto desarrollo visual y detectar estrabismo u ojo vago

– A partir de allí cada 1-2 años.

– Anualmente si presenta problemas refractivos como miopía alta, diabetes, hipercoesterolemia, hipertensión o antecedentes familiares de patología ocular.

Además, “si tenemos familiares con antecedentes de problemas debemos acudir a consulta anualmente y ante la aparición de cualquier síntoma llamativo para poder realizar un diagnóstico precoz”,  puntualiza la doctora Rodríguez Luna.

En este contexto, la Dra. Stirbu señala que “dependiendo del tipo de patología que tenga la familia, si se trata de un ojo vago, a los 2 o 3 años y si es un problema de glaucoma o una degeneración macular a partir de los 40 años. Y si hay antecedentes de glaucoma agresivo hay que realizar un control a todos los familiares directos, fundamentalmente padres, hermanos, hijos  y sobrinos”.

¿Cuáles son las patologías oculares más comunes que nos pueden afectar?

“Los defectos  de refracción, miopía, hipermetropía y astigmatismo, presbicia, cataratas, glaucoma, y aquí en Canarias muchos pacientes que padecen retinopatía diabética, son las patologías más comunes que afectan a la salud de la vista”, tal y como señala el doctor Óscar Asís Vainer.

Por su parte, Cecilia Rodríguez Luna indica que depende de la edad: “En la niñez malformaciones congénitas, defectos refractivos, estrabismo. Adultos: defectos refractivos. A partir de los 40 años presbicia y glaucoma. A partir de los 60 años cataratas y problemas en la mácula.  La retinopatía diabética sigue siendo una patología muy frecuente que puede conducir a la ceguera si no es bien controlada”.

Destaca además la Dra. Rodríguez Luna que,  “en Canarias y debido a la alta exposición a la radiación UV que tenemos todo el año, existe una mayor prevalencia de tumores en los párpados como el carcinoma basocelular.  Si detecta cualquier lesión en los párpados que crezca debe consultar, ya que estos tumores son curables si se extirpan a tiempo, pero pueden invadir el globo ocular si se dejan a su evolución natural. Para prevenirlo es muy importante el uso de gafas de sol homologadas por la CE todo el año y desde la niñez”.

“Las más frecuente son las conjuntivitis, sobre todo las alérgicas y los traumatismos, le siguen las cataratas, el glaucoma y la degeneración macular senil”, señala el Dr. Muiños, resaltando que “la vista cansada, a pesar de no representar en sí una patología, es importante tratarla de forma adecuada, ya que el uso de gafas de farmacia sin control oftalmológico puede ser dañino para la vista. Se recomienda siempre prescripción por un especialista”.

En una época en la que nos pasamos la mayor parte del día con la vista fijada en el ordenador, dispositivos móviles y demás, deberíamos prestar mayor atención por el sobre esfuerzo al que sometemos a nuestros ojos, siendo el caso de los niños más relevante y el que quizá requiera más vigilancia.

“El uso de este tipo de dispositivos, para lo que necesitamos ver de cerca, puede producir a la larga miopía. Además, son tecnologías aún demasiado recientes como para asegurar con rotundidad que no vayan a causar efectos dañinos con el tiempo, por ejemplo el efecto de las radiaciones de dichos aparatos, por lo que se debe restringir su uso en los niños. Por la noche es muy importante dejar de usarlos una hora antes de ir a dormir, dado que los estudios clínicos han demostrado que la luz azul de las pantallas afecta a la secreción de melatonina y alteran la calidad del sueño, lo que a la larga, podría afectar a la degeneración macular y a la presión intraocular”, recomienda la Dra. Oana Stirbu.

De las declaraciones de los especialistas en oftalmología nos debe quedar claro la importancia de las revisiones oculares, pues detectar ciertos problemas de forma temprana puede salvarte la visión, ya que muchas enfermedades oculares, como el glaucoma y la retinopatía diabética, no presentan síntomas en las etapas iniciales. La detección y tratamiento tempranos pueden reducir el riesgo de discapacidad visual o pérdida de visión permanente.

Así que recuerda reservar fecha en tu agenda, tu vista te lo agradecerá.