Por Cristina Ferro

Ilustración por Ilustre Mario

Trabajo. Tráfico.  Casa. Los días pasan a un ritmo frenético y los médicos recomiendan ejercicio físico para cuidar nuestra salud. ¿Cuál elegir? Desde hace algunos años el running es la actividad estrella. Parece cómodo y sin complicaciones. Sin horario fijo y no exige mucho material. Parece sencillo, ¿verdad? ¿Pero nos hemos parado a pensar en nuestro equipamiento interno?

¿Cuántos de nosotros pasamos por una tienda especializada en artículos de deporte antes de comenzar a practicar uno? Efectivamente: todos. ¿Cuántos pasamos por la consulta del médico para asegurarnos de que nuestra equipación interna y, en concreto el motor que nos mueve, está preparado para el ejercicio físico? Según el VI estudio Cinfasalud de Percepción y hábitos de los corredores y corredoras españoles tan sólo alrededor del 25%.

Está demostrado que el ejercicio físico mejora la salud cardiovascular. Nos ayuda a controlar factores de riesgo como la hipertensión,  el colesterol o la diabetes, además de mejorar la calidad de vida y el pronóstico de enfermedades como la osteoporosis, la demencia e incluso el cáncer. En definitiva: el ejercicio físico es absolutamente recomendable. Eso sí, cuando los 150 minutos de ejercicio que se recomiendan a la semana se conviertan en una actividad de intensidad media o alta tenemos que asegurarnos de que nuestro corazón está a punto.

Debemos comprender la importancia de los chequeos médicos cuando realizamos un ejercicio físico o deporte de manera regular. Y es que, tal y como nos cuenta el Dr. Alejandro de la Rosa Hernández, especialista en Cardiología Deportiva de Hospitén Rambla, “en muchas ocasiones puede ser que no presentemos síntomas de enfermedades del corazón y su primera manifestación se produzca cuando sometemos al organismo a un esfuerzo intenso. De ahí la conveniencia de realizarse un chequeo médico de pre participación deportiva no solo cuando iniciamos nuestra actividad deportiva, sino también anualmente controlar nuestros factores de riesgo cardiovascular”.

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De este modo el Dr. De la Rosa recomienda una historía clínica, exploración física y eletrocardiograma de reposo para deportistas  menores de 16 años y, en personas de más edad o en deportistas de mayor intensidad o que tuviesen factores de riesgo cardiovascular, ecocardiograma y prueba de esfuerzo.

Nos habla además de la posibilidad de conocer nuestros límites y poder de este modo determinar la intensidad del esfuerzo que podemos realizar, algo así como poder adecuar nuestros entrenamientos a nuestra condición física. Se recomiendan controles periódicos, de modo que podamos saber si nuestros entrenamientos producen las adaptaciones adecuadas en nuestro organismo. “Hoy en día disponemos de la prueba de esfuerzo con consumo de oxígeno con análisis de gases. Lo que hacemos es medir el oxígeno que nuestro organismo es capaz de tomar del aire y transportarlo a los músculos para obtener energía. Determina de este modo no sólo cuál es nuestra capacidad física real sino además los umbrales submáximos (aeróbico y anaeróbico), lo que nos permite organizar nuestros entrenamientos de forma más eficaz y de esa manera poder obtener los mejores resultados a medio o largo plazo”.

Las conclusiones son claras: tenemos a nuestro alcance las herramientas para asegurarnos de que practicamos deporte de una forma segura, sin embargo, fallamos en prevención. Aunque cada vez son más las personas que acuden a hacerse un chequeo médico antes de comenzar a realizar ejercicio físico regular, aún queda camino por recorrer.

Paradojas de la vida: practicamos deporte para cuidar nuestra salud, pero la ponemos en riesgo al no hacernos los exámenes pertinentes.

En los últimos años hemos leído varias noticias de aficionados que se lanzan a las medias maratones o incluso a las maratones y fallecen en el intento. Podemos disminuir estas estadísticas. Simplemente, todos aquellos que poseemos corazón de runner, nos aseguremos también de contar con uno preparado para el running.