Por David Lorenzo

Todas las islas Canarias tuvieron que protegerse, tras la conquista, de los enemigos del Imperio Español, quienes quería conquistar alguna de ellas. También consideraban que era necesario defenderse de los indígenas isleños, de los que desconfiaban y de los que sabían que no tardarían en alzarse. Ante esta situación los conquistadores construyeron por todo el archipiélago fortalezas.

La primera que fue levantada en la isla de Gran Canaria fue en un comienzo conocida como Fortaleza de Las Isletas. Mandada a construir por Juan Rejón se trataba de una torre cuadrada de madera. Luego fue sustituida por otra de piedra hoy recuperada tras una excavación arqueológica en la zona y conocida con el nombre de Torre de Alonso Fajardo, así como la muralla que la rodeó posteriormente.

Esta torre, antecesora del Castillo de la luz, se remonta a 1479, de manera que es la construcción militar más antigua de la isla de Gran Canaria. Sobre todo el objetivo del edificio era proteger la isla de la invasión portuguesa, que iba en contra de los intereses de la corona de los Reyes Católicos.

Poco tiempo después esta torre fue sustituida por una fortaleza de planta cuadrada y dos torreones, que es la que conocemos hoy. Por la información que hoy se tiene esta nueva construcción fue concluida en 1571. Ya en esta época su designación había cambiado. De Fortaleza de las Isletas pasó a llamarse Castillo de la Luz. Este nombre le viene por la cercanía que hay con la iglesia en honor a la Virgen de la Luz, que también da nombre al barrio grancanario.

Durante el ataque de Van Der Does (1599) el castillo sufrió severos daños. Esto obligó a que el edificio fuera reconstruido de nuevo, aunque la planta del edificio se mantuvo igual, con planta cuadrada y dos torres circulares. Será en el siglo XVII cuando se hagan los últimos añadidos al edificio.

Para proteger el Castillo de la Luz se diseñó un foso y un puente levadizo que dificultaba la entrada de los enemigos en caso de conflicto. Algunos ingenieros, entre ellos Leonardo Torriani en el siglo XVI, afirmaron que el edificio tenía una serie de deficiencias que no la hacían del todo segura para la defensa de la ciudad.

A pesar de las opiniones de ciertos ingenieros es cierto que el castillo, después del ataque de Van Der Does, pudo defender a la ciudad de los ataques piratas. Dejó de ser útil en el siglo XIX, cuando las innovaciones tecnológicas lo convertían en un edificio obsoleto. Se salvó de su destrucción total gracias a que fue nombrado Monumento Histórico Artístico en 1941.

Fue por esto por lo que se fue abandonando poco a poco. Como ya no era de utilidad para la defensa de la ciudad no era necesario su mantenimiento, de forma que quedó abandonado. Así estuvo hasta que el Castillo de la Luz fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por el gobierno de España. Solo una año más tarde comenzó la restauración del Castillo de la Luz, que se convirtió en un Centro Cultural.

Pero una de las principales restauraciones tuvo lugar en los 90, cuando se recuperó gran parte de la estructura original del siglo XVI, eliminando los añadidos que se le habían hecho en los siglos XVII y XX. Una tercera intervención se produjo hace unos pocos años (2014) para que en este espacio se estableciera la Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino. También se levantó un museo en honor del célebre escultor canario.

Para saber más:

  • Cuenca, Julio; Guillén, José; Rivero, Guillermo (2004) “Intervención arqueológica en el Castillo de la Luz”. En Boletín de Patrimonio Histórico. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo de Gran Canaria