Por David Lorenzo

Siendo sinceros resultaría muy raro que en una isla el idioma oficial fuera el francés. Pero una de ellas casi deja de ser española. La Palma estuvo sobre la mesa de las negociaciones que hubo entre Francia y España a finales del siglo XVIII.

Desde la llegada de los Borbones a España el reino de Francia se había convertido en uno de los principales aliados. Ambos estaban gobernados por la misma familia. Esta alianza empezó a debilitarse tras la Revolución Francesa en 1789. Cuando Luis XVI fue guillotinado en 1793 las relaciones se rompieron por completo.

A causa del Pacto de Familia firmado entre los Borbones, España le declaró la guerra a la recién fundada República Francesa.  Con esto también intentaban alejar las ideas revolucionarias de los dominios del Estado. Cuando en 1795 en Francia comenzó el periodo del Directorio (más conservador) el  Ministro Godoy tenía esperanzas de que la monarquía volviera a establecerse en el país.

Las relaciones hispano-francesas mejoraron mucho desde este momento. España también quería acabar con la guerra debido a la situación de las arcas españolas, que no era la mejor. Es por ello por lo que cambia la actitud y se empieza a hablar de paz, algo que finalmente se hizo realidad tras la firma de la Paz de Basilea ese mismo año. Al ser una propuesta del ministro español Godoy los franceses aprovecharon para exigir varias cosas, entre ello territorios.

Una de las principales exigencias de los franceses fue que se les entregara La Palma. La isla ocupaba un espacio geográfico magnífico para comerciar con América, principalmente con El Caribe. Generalmente era la primera escala de los barcos en Canarias desde América o Europa. Esto interesaba mucho a los franceses, puesto que sus intereses comerciales y coloniales estaban en esta zona y en el norte del continente americano.

Igualmente era una isla rica en recursos. Tenía montes con buena madera, muchas zonas de la isla no estaban cultivadas y se producía seda y azúcar (de caña) en gran cantidad.

Tan seria fue la propuesta que los franceses consideraron La Palma en un comienzo como imprescindible para firmar la Paz de Basilea. Incluso durante 24 horas el gobierno galo consideró la isla como parte de su Imperio. Costó mucho hacerles cambiar de idea.

Sobre todo, gracias al trabajo realizado por el canario Domingo Iriarte, se logró que los franceses cambiaran de opinión. Se les prometió que a cambio recibirían la mitad de la isla de Santo Domingo. Este territorio fue conocido desde este momento con Haití.

El imperio español decidió sacrificar mitad de la segunda isla de mayor tamaño del Caribe, la de Santo Domingo, antes que entregar La Palma a los franceses. Esto nos demuestra la importancia geoestratégica que tenía Canarias, un espacio predominante también hoy en dia.

No tarda Francia de nuevo en interesarse por la isla. Apenas unos años después, tras la llegada de Napoleón al poder, se vuelve a considerar interesante la posibilidad de anexionar La Palma al imperio francés.

Fue este un sueño de las elites galas que murió después de la caída de Napoleón Bonaparte. Desde ese momento los franceses se centraron más en una nueva estrategia: la creación de la ley de Puertos Francos. Esto les permitía, sin ocupar colonialmente Canarias, poder atracar en sus puertos para abastecerse.

Para saber más:

  • Cardell Cristellys (2007) La Palma francesa y otros artículos sobre el 25 de julio. Santa Cruz de Tenerife: Ediciones Idea
  • Pellegrini, Sandro (2008) “El gran sueño francés de apoderarse de la Isla de La Palma. las buenas razones expresadas en tres documentos de los cónsules Broussonet, cuneo d’Ornano a Talleyrand y Napoleón”. En XVIII Coloquio de Historia Canario-Americana. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo de Gran Canaria