Por Sofía Clavijo

El mar es conocido metafóricamente como uno de los pulmones de la tierra. Alberga infinidad de vida en sus fondos, hace posible nuestra existencia y nos regala numerosos beneficios para nuestra salud. A nivel físico, un baño en el mar ayuda a eliminar toxinas, a aliviar enfermedades respiratorias o incluso actúa como un potente antibiótico… pero, ¿conoces los beneficios que tiene sobre sistema emocional?

Fuente inagotable de inspiración y creatividad

Y como muchas cosas en la vida, el mar tampoco puede estar exento de convertirse en arte. Es el elemento principal de incontables canciones, cuadros, poemas y esculturas… pero también es una herramienta muy útil para fomentar nuestra creatividad ante cualquier proyecto o tarea que la precise.

 “En el día a día estamos expuestos constantemente a la sobreestimulación externa: redes sociales, teléfonos, atascos, ruido… lo que puede generar agobio y estrés que nos impiden crear y sacar todo nuestro potencial”, asegura Nidia Bello, Psicóloga y Directora del Instituto Galene Tenerife. Sentarnos cerca del mar y fijar nuestra vista en él es una sencilla fórmula para echar a volar nuestra imaginación, ya que nuestra atención se focaliza en un único elemento y nuestra mente es capaz de generar nuevas y originales ideas. Haciendo honor a una expresión célebre, podríamos decir que el mar nos ayuda en eso de soñar despiertos.

“El contemplar la inmensidad del mar puede ayudar a relativizar la magnitud de nuestros problemas”

¡Adiós ansiedad!

Un baño en el agua salada puede ser un gran aliado en la disminución de la ansiedad. Su alto contenido en iones negativos ayudan a segregar serotonina, ese famoso neurotransmisor que nos permite sentirnos bien y ser más felices. “En mis terapias suelo recomendar paseos por la orilla o pasar un día en la playa, pero siempre con el objetivo de vivir el momento presente. Poner atención plena en el contacto de los pies en la arena, cómo nos calienta el sol o cómo la brisa mueve nuestro pelo”, cuenta la psicóloga Bello. Diversas terapias incluyen actividades en el mar o cerca de él como elemento potenciador del bienestar, pues genera emociones muy positivas como sosiego, paz y calma.

“La meditación frente al mar: la clave para permanecer aquí y ahora de forma extraordinaria”

La meditación nos permite prestar atención plena a nuestro interior y al momento presente, convirtiéndose así en una actividad recomendable para alcanzar el equilibrio emocional. Meditar en un entorno natural, sintiendo la brisa marina y escuchando el vaivén de las olas es una de las actividades más saludables para nuestro cuerpo y nuestra mente. Con tomar unos minutos para poner en pausa pensamientos rumiantes y centrarnos únicamente en nuestra respiración y nuestras sensaciones, estaremos regalándonos la energía necesaria para poder afrontar el día a día con serenidad.

Conecta con tu niño interior

La teoría psicológica transaccional define que todo individuo tiene una parte padre, una parte adulto y una parte niño. Esta última es la parte relacionada con los deseos, los impulsos o la creatividad. Podría decirse que se trata de nuestra esencia más pura, esa que nace y permanece con nosotros a lo largo de la vida, aunque a veces la olvidemos porque impera nuestra parte adulta.

El gigante azul nos ayuda a conectar con nuestro niño interior. Nos permite explotar esta faceta divertida y desenfadada, relegando a segundo plano el estrés o la sobrecarga de las obligaciones. Coger olas, jugar a las palas, tirarnos al agua, hacer figuras con la arena… si haces cualquiera de estas cosas estás dejando salir a tu niño interior. “Es aquí cuando nos damos cuenta de que con muy poco podemos experimentar momentos de plenitud, como cuando éramos niños”, asegura Nidia Bello.

El mar, cuantas cosas buenas nos brinda cada día. ¡Cuidémoslo siempre!

Una curiosidad: Existen personas que sienten una gran fascinación por el sonido y el vaivén del mar; esta peculiar manía se conoce como tasalomanía. Un tasalómano puede experimentar un intenso nivel de placer admirando y escuchando el mar.