Por David Lorenzo

Las tiranteces que hubo durante el siglo XIX fueron claves para el estallido de la I Guerra Mundial en 1914. Desde 1871 comenzaron las tensiones entre un bloque formado por Gran Bretaña y Francia, frente a Alemania y el Imperio Austro-Húngaro. Los británicos no querían que la nueva potencia industrial, Alemania, le quitara el puesto de primera gran productora industrial y económica del planeta. Esto es conocido con el nombre de Paz Armada.

Estas tensiones las vemos en Canarias desde finales del siglo XIX. Los puertos canarios empezaron a sufrir un incremento en el número de alemanes interesados en hacer negocios con las islas. Esto no gustó mucho a los británicos que habitaban aq

uí, que veían amenazada su hegemonía comercial.

Además no hay que olvidar que el archipiélago jugó un papel importante en el expansionismo del Imperialismo europeo de finales del siglo XIX. Los puertos canarios era una de las principales zonas de avituallamiento para ocupar nuevas colonias en África. Aquí se vivieron importantes choques diplomáticos. Tanto franceses como británicos querían evitar a toda costa el crecimiento colonial de Alemania, lo que llevaba a tensiones entre ellos.

Pero a pesar de las intenciones de los alemanes la hegemonía comercial siguió siendo de Gran Bretaña. Una vez empieza la I Guerra Mundial la situación se pone muy tensa en las islas. Los británicos llevan a cabo una campaña centrada en bloquear el contacto comercial con Canarias. Se intentaba a toda costa cualquier relación entre el mercado isleño y el germano.

Durante el primer año el objetivo de británicos y franceses fue hundir la flota, tanto alemana como de Austria-Hungría, para así evitar que mantuvieran relaciones comerciales de contrabando con varios puertos, entre ellos los canarios.

Que Canarias ocupe un lugar tan estratégico en el Atlántico hizo que fuera una de las zonas vigiladas más de cerca por los británicos. Prácticamente todo aquel que atracara en un puerto de las islas era visto con lupa, para evitar el comercio con los países aliados de Alemania.

Varias embarcaciones de la Royal Navy se encargaban de garantizar la efectividad del bloque, llegando a hacer patrullas entre las islas con el objetivo de controlar por completo qué barcos estaban navegando por el Atlántico.

Solamente los barcos alemanes que se habían refugiado cuando empezó la guerra en los puertos del archipielago se salvaron de ser hundidos o amenazados. A estos les había pillado por sorpresa el estallido de la I Guerra Mundial cuando estaban en Canarias. A estas naves se las respetaba, así como a sus marineros. Aunque estaban obligados a no navegar. De esta caso hubo varios barcos atracados en las islas, tanto en los puertos de La Luz, como el de Santa Cruz de Tenerife o Santa Cruz de La Palma.

Tras un año de bloqueo limitado se pasó a una etapa de endurecimiento, que acabó en el bloqueo ilimitado. En él ya no solo se prohibía el comercio de Alemania. También de cualquier flota que ayudara a los alemanes (incluyendo a los neutrales) cuando se sospechara de ellos. Desde 1915 en adelante se hacía una vigilancia exhaustiva de toda embarcación que no fuera británica o francesa. Fue tanto lo que se incrementó la tensión internacional que España, en ocasiones, veía imposible controlar la situación. Por muchas excusas que pusiera el gobierno no tenían derecho a registrar barcos de los países neutrales.

A partir de este momento el comercio canario sí que se ve realmente perjudicado. El duro control que se realizaba de los barcos que pasaban por las islas hizo que se limitara seriamente la entrada de productos a Canarias. Esto fue un problema para el consumo insular, ya que éramos (y somos) plenamente dependientes a alimentos que llegan del exterior.

También afectó a las relaciones comerciales. Primero se prohíbe el mercadeo con Alemania, que tenían algunos negocios en las islas. Luego se prohibió la actividad con los países neutrales (salvo que permitiesen que sus barcos fueran registrados).

Pero todavía el comercio con Gran Bretaña se mantenía. Aunque no duró mucho tiempo. El gobierno británico no tarda en limitar el comercio con Canarias.  A pesar de ello todavía el archipiélago era importante para ingleses y franceses. Aún era un punto importante para abastecerse de alimentos y de otros productos y sobre todo, como línea de abastecimiento de sus barcos.

Las cosas van a cambiar en 1917, cuando entra Estados Unidos en la I Guerra Mundial. Desde este momento el comercio se va a centrar sobre todo en el Atlántico norte. Esto significó que las islas quedaron apartadas de la principal línea mercantil. Ahora eran los americanos los que abastecían a Gran Bretaña y Francia. Para este momento y hasta que acabó la guerra un año después, supuso la práctica desaparición del tráfico marítimo en el archipiélago.

En años posteriores este se fue recuperando poco a poco. Gracias al espacio geoestratégico que ocupaban las islas el comercio con las potencias europeas volvió a ser fluido. Pero no se olvidó los malos momentos de sufrimiento que hubo en Canarias durante la I Guerra Mundial.

Para saber más:

  • Ponce Marrero, Javier (1992) “El bloqueo aliado y el control de la navegación en Canarias durante la Primera Guerra Mundial”. En Revista Vegueta. Las Palmas de Gran Canaria: Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
  • Ponce Marrero, Javier (2002) “La rivalidad anglo-alemana en Canarias en vísperas de la Gran Guerra”. En Anuarios de Estudios Atlánticos. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo de Gran Canaria