Por Sixto Javier Pérez

Fui con mucha ilusión a ver Power Rangers, pues he de reconocer que me hicieron vivir muy buenos momentos en mi infancia. Pero el hecho de que sea fan de esta franquicia no quita que sea exigente con lo que vea. Hollywood está teniendo la fea costumbre de jugar con la nostalgia de los espectadores y es algo que me fastidia bastante porque, como saben que tendrán la taquilla asegurada, no se esfuerzan en ofrecernos un producto de calidad. Y así ha pasado con Power Rangers.

Tengo que reconocer que el director Dean Israelite (“Project Almanac“) tenía una tarea muy difícil a la hora de realizar un reboot para la gran pantalla: ¿cómo utilizar una premisa algo ridícula para desarrollar una historia mínimamente creíble y atraer tanto a los fanáticos de la serie, como a nuevos espectadores? Tendría que combinar lo absurdo con lo serio, lo espectacular con lo risible de la serie…

Tras ver el resultado, tengo que confesar que la película tiene más cosas malas que buenas. Para que se hagan una idea sobre la calidad “Los 4 fantásticos” a su lado es una obra maestra. ¿Cuesta creerlo verdad? Pues así es, pero vayamos por partes…

Su arranque es eterno, más de la mitad de la película es centra  en presentarnos a los 5 protagonistas y la relación entre ellos. Estamos ante una película que se podría haber reducido a 90 minutos, ya que 120 minutos son excesivos. No nos pueden tener esperando una hora para ver a los Rangers en acción, no nos interesa el salseo adolescente que viven en el instituto, ¡queremos ver a Los Power Rangers dándolo todo! Y lo peor es que en la historia que nos venden no se pueden metamorfosear con facilidad, lo que hace aún más desesperante todo. Si la intención de alargar el inicio es para conetar más con los protagonistas, lo llevan claro…

En la esperadísima segunda parte, por fin, podemos ver a los Powers Rangers como superhéroes que luchan contra el mal. Después de que la espera se haya hecho tan larga lo que nos encontramos es una cutre batalla que da más vergüenza que nostalgia. Dicha momento es breve, no lo alargan mucho, ¡y menos mal! El director abusa de las cámaras en mano y los cortes rápidos, también de los cambios de velocidad en algunos planos, consiguiendo que los protagonistas pierdan sus personalidades siendo tan solo un color. Una batalla final sin emoción.

El guión es otro de los grandes fallos, como siempre digo, es uno de los pilares fundamentales en toda película. En esta ocasión es totalmente absurdo e infantil.

La película tiene también sus cosas buenas, aunque no son muchas. La producción está muy lograda. Esta nueva versión de los ‘Power Rangers’ se esfuerza por darle un lavado de cara a la franquicia. Adaptando la estética de la serie antigua a un estilo más acorde a nuestros tiempos. Y en ese aspecto, la película alcanza un buen equilibrio entre el estilo moderno y el respeto por la original.

Sus actores simplemente están correctos, que ya es bastante. Los encargados de interpretar a los Rangers son Dacre Montgomery (Stranger Things), un nuevo Ranger Rojo con problemas de disciplina y que con la ayuda Naomi Scott (Los 33), RJ Cyler (Máquina de guerra), Ludi Lin (Marco Polo) y Becky G. (Empire) se toparán con Zordon, interpretado por Bryan Cranston (Breaking Bad), para aprender a conocer lo que conlleva ser un Ranger. La química entre los protagonistas es palpable y natural, como si vinieran trabajando en una franquicia y esta fuera su tercera película juntos. Por otra parte, la música es muy acertada, pues consigue motivar bastante y ayuda a que las escenas de acción sean un poco más emocionantes.

En definitiva, la nueva película de los Power Rangers en vez de emocionarme me ha aburrido, ya que su director no ha conseguido hacer una buena historia con unos personajes que podrían haber dado muchísimo más. Si eres fan de los Rangers seguramente disfrutes con una serie de detalles y sorpresas que no voy a desvelar, pero ni siquiera ésto logra, bajo mi punto de vista, que la película apruebe.

Nota: 2 de 5

LO MEJOR: efectos especiales y valores que transmite.

LO PEOR: duración excesiva, falta más acción, guion, movimientos de cámara.