Por David Lorenzo

Muchos conocen sus continuos amantes, algo que levantaba constantemente demasiadas polémicas. Pero Isabel II fue una reina que vivió una etapa muy inestable. Parece increíble pero durante su reinado ocurrieron cosas bastante peculiares. Muchas incluso las vivió, incluso desde que tan solo era una niña.

A continuación vamos a ver algunas de las más llamativas polémicas que vivió ella y su corte:

  1. Problemas desde su nacimiento. Su padre, Fernando VII, había perdido el favor de los liberales desde que reinstauró la Monarquía Absoluta en España. Sin embargo luego el que va a perder es el apoyo de los absolutistas. La causa es simple. Fernando VII quería que su hija gobernase el país (a causa de no haber tenido hijos). Para eso tenía que eliminar la famosa Ley Sálica, que prohíbía a las mujeres gobernar. Los más conservadores exigían que reinara su hermano, Carlos María Isidro y no Isabel. Este grupo se conoce con el nombre de Carlistas. Por esta causa el rey pide apoyo a los liberales moderados, quienes van a proteger a la reina. Tras la muerte del monarca (su hija apenas tenía 3 años) comenzó la Primera Guerra Carlista, una cruenta guerra civil que acabó con la victoria de los isabelinos.
    Isabel II de niña
  2. María Cristina me quiere gobernar. Cuando muere Fernando VII Isabel no era más que un bebé. Por eso la regencia (gobierno) pasó a manos de su madre hasta que ésta fuera mayor de edad. Es precisamente en esta etapa cuando nace la canción de “Maria Cristina me quiere gobernar”. Ésta se hizo muy popular entre los españoles que iban a vivir a Cuba, que todavía era una colonia española. No se sabe exactamente quien la cantaba, si eran los carlistas para burlarse de los liberales o si eran los propios liberales en contra de la regente. Algunos incluso creen que la usaban ambos bandos para reírse del matrimonio de María Cristina con su amante Agustín Fernández Muñoz. Sea quien fuera el que grupo lo cantaba lo que está claro es que se ha convertido en todo un hit.

  1. Mayor de edad… muy joven. Si el problema de las Guerras Carlistas era poco, más problemático era la división que existía entre los isabelinos. Algunos, como es el caso del general Espartero, se oponían a las políticas que estaba llevando María Cristina de Borbón. Finalmente será el propio Espartero quien obligue a exiliarse a la regente en octubre de 1840. El propio militar se convierte en regente, pero finalmente es repuesto en 1843. Para evitar que alguien más ocupara este cargo finalmente se decide hacer a Isabel II mayor de edad en 1843, cuando tan solo contaba con 13 años. Sin embargo tampoco se adelantó mucho su adultez, puesto que podía ser coronada oficialmente como reina un año después, con 14 años.
    Después de destituir a Espartero como regente se decidió declarar a Isabel II mayor de edad
  2. Otra guerra civil más. Todavía fresca en el recuerdo de los españoles la primera guerra carlista la gente va a temer cuando estalló la segunda. Lo más curioso es que se podría haber evitado. Algunos miembros del gobierno vieron una oportunidad que Isabel II se casara con Carlos Luis de Borbón y Braganza, hijo de Carlos María Isidro. Esto hubiese supuesto la desaparición definitiva de los carlistas. Pero la reina se opuso a celebrar una unión matrimonial con él. El rencor por la guerra que comenzó su padre fue el que llevó a que se descartara la idea. El rechazo a Carlos Luis llevó a la Segunda Guerra Carilsta, que aunque no fue tan cruenta como la segunda tardó en exterminarse por completo: casi 3 años. Además posteriormente se vivieron varios alzamientos y una guerra carlista más.
    Haber descartado a Carlos Luis de Borbón como marido de Isabel II llevó a una nueva guerra entre carlistas e isabelinos
  3. La extraña pareja. Tras su coronación era necesario encontrar cuanto antes a un marido para garantizar la supervivencia del linaje Borbón. El encargado de esta misión va a ser el propio gobierno. Cuando tenía 16 años se tomó la decisión. Iba a casarse con su primo, Francisco de Asís de Borbón. Parece que no fue muy del gusto de la reina. El que iba a ser su marido era conocido en su familia por su amaneramiento, que hacía que muchos creyeran que era homosexual. Su voz de pito y su físico enclenque tampoco le ayudaba. Tras el matrimonio empezaron los rumores y las burlas sobre la orientación sexual del rey consorte en todo el país. Tanto era así que pronto fue conocido como Paquita. Aún así, supuestamente, la reina tuvo con ella 12 hijos en total (de los que sobrevivieron 5).
    Ambos juntos eran una auténtica “extraña pareja”
  4. Una reina promiscua. Hoy en día llamar a una mujer “promiscua” es machista (lo apoyo), pero en el siglo XIX esto todavía era todo un escándalo la libertad sexual femenina. Era común, sobre todo en Madrid, escuchar rumores sobre los continuos amantes que tenía la reina. Aunque no se conoce la cantidad exacta se calcula que pudieron ser varias decenas de hombres. Aunque posiblemente algunos de ellos no fueran más que rumores y que solamente se trataba de hombres cercanos al gobierno y la corte. Con toda probabilidad también ayudó al incremento del número de amantes de la reina el rumor de que su marido era homosexual. Aún así sí que tuvo varios amantes confirmados. Uno de los primeros fue el general Serrano, pero no el último.
  5. No muy culta. No fue precisamente conocida Isabel II por su nivel de cultura. En muchos escritos de la época se la describe como una reina dulce pero muy poco inteligente. Su vocabulario parecía ser bastante reducido. No tenía ningún interés por la lectura o por la música clásica, etc. Para muchos su incultura se debía al interés de algunos miembros de la corte de mantenerla siempre controlada. Una persona con mente libre y criterio propio puede tomar sus propias decisiones y algunos no querían. A pesar de ello sí que durante su reinado hubo mejoras en la cultura española. Durante su reinado se volvieron a abrir muchas de las universidades que su padre había cerrado, así como varias escuelas e institutos de secundaria.
    Aunque Isabel II no era muy culta, universidades como la Complutense (antiguamente Universidad Central de Madrid) fue reabierta por ella después de que las eliminase su padre
  6. ¿Reina manipulable?. Isabel II tiene fama de que tenía un carácter pasivo y amable. Esta actitud hizo que cayera en simpatía a la mayoría de la población española. Se decía que solía ir con una sonrisa y que era muy dulce en sus palabras. Sin embargo esto no quiere decir que no tuviese mal genio. Algunos decían que a veces le daban ataques de rabia. Aún así ese carácter dulce hace pensar a muchos que la hacía muy fácilmente manipulable por el gobierno en el poder. Sin embargo se sabe que apoyó de forma mucho más abierta a los liberales moderados que a los progresistas. Para muchos esta actitud pasiva hizo que cometiera muchos errores por los que luego va a pagar un alto precio (como veremos en un punto posterior).
    Su carácter bonachón y su poca cultura la hizo muy fácilmente manipulable
  7. Su caída en desgracia. La popularidad de la reina, a partir de la década de los 60 del siglo XIX, cae en picado. Sus continuos amantes era tanto una situación de risa como de vergüenza para el país. También los liberales progresistas estaban cansados del cada vez más claro apoyo de Isabel II a los moderados. Pero, por si fuera poco algunos de los más conservadores tampoco la apoyan. La crisis económica que comenzó en 1866 había arruinado a muchos. Culpaban a esto a la pésima gestión de los gobiernos isabelinos y a su nulo liderazgo. Ese mismo año se firma el Pacto de Ostende, centrado en mandar al exilio a la reina. Esto se logrará tras la revolución que estalla en septiembre de 1868, conocida como “la gloriosa”. Isabel marcha a Francia, donde muere varios años después.
    La revolución se extendió por todo el país y principalmente en Madrid. La reina finalmente abdicó
  8. Tuvo sus cosas buenas. Para no ser tan injustos con ella también hay que decir que durante su reinado se produjeron importantes cambios positivos en España. Por ejemplo se hizo una importante inversión en la innovación tecnológica e industrial (aunque fue insuficiente). También se acabó con las diferentes monedas que circulaban en el reino y se pasó a una única: la peseta. Igualmente apareció un cuerpo de seguridad de las zonas rurales: la Guardia Civil. Por otro lado se desamortizaron muchas tierras propiedad de la iglesia, que aunque se ha negado, ayudaron a reducir la deuda estatal (aunque no significó un reparto más equitativo de la tierra). Se incrementó el gasto militar para renovar el armamento y la marina, etc.
    La Guardia Civil surgió durante el reinado de Isabel II

Para saber más:

  • Pérez Garzón, Juan Sisinio (coord.) (2004) Isabel II: los espejos de la reina. Madrid: Marcial Pons Historia
  • García Atienza, Juan (2005) Isabel II, la reina caprichosa: sexo y política en el trono de los Borbones. Madrid: Esfera de los libros