Por David Lorenzo

También conocida como la gripe de 1918 o gran gripe, fue una de las mayores pandemias que se han sufrido en la historia. Además fue la mayor epidemia sufrida en el siglo XX en Europa. A diferencia de lo que se pueda pensar, aunque se llamó gripe española, no tuvo su origen en España. Se considera que el primer caso fue de soldados durante la Gran Guerra en Francia.

¿Entonces por qué española? Simplemente por el contexto histórico. Europa estaba en guerra (la I Guerra Mundial). Aunque todos los países sufrían los efectos de la gripe, para no dar señales de debilidad al adversario y evitar que las tropas se desmotivaran, no se hizo público. Pero España, que era un país neutro (no entró en la guerra), sí que salió en los periódicos que en el país había una epidemia de gripe mortal.

Este año se ha sufrido una epidemia de gripe en todo nuestro país. Afortunadamente no ha tenido el impacto que tuvo la famosa pandemia que asoló al mundo entero. Para que seamos conscientes de la gravedad llegó a enfermar más del 60% de la población global y murieron más de 40 millones de personas. De forma que no cunda el pánico, este no es el caso.

Esta terrible gripe fue una virulenta mutación de la gripe, lo que la hacía terriblemente peligrosa. Los síntomas más comunes fueron la “fiebre de 40 grados, dolor agudo en la cuenca de los ojos, en los oídos y en la zona lumbar”. De esta manera estamos ante lo más común en una gripe.

La diferencia más clara era que la forma más común de muerte era la asfixia. Sobre todo a causa de las citocinas. Una “tormenta de citocinas” hacía que se inflamaran las vías respiratorias. Esto hacía que las personas poco a poco fueran teniendo problemas para respirar. Cuando se obstruían por completo la persona no podía respirar y por lo tanto acababa muriendo.

A diferencia de otras cepas de gripe, la española no solo afectó a los llamados “grupos de riesgo” (niños y ancianos). En este caso los más perjudicados fueron los jóvenes entre los 20 y 35 años de edad.

¿Pero y por qué afectó a tanta gente? Simplemente por las condiciones propias de una guerra. Durante este periodo mucha de la población europea estaba malnutrida. Esto se debía a que se priorizaba que se alimentaran los soldados del frente. Además muchos campos e industrias alimenticias estaban destrozadas, por lo que se reducía mucho la producción.

Tampoco hay que olvidar que muchas ciudades se les cortó el agua corriente, por lo que las condiciones higiénicas empeoraron. Los productos médicos escaseaban también y eran enviados, sobre todo, al frente para curar a los soldados. Pero que esta “prioridad” no nos haba pensar que todo era maravilloso en el campo de batalla. Posiblemente fue en las húmedas y pestilentes trincheras (infestadas de ratas) donde surgió la gripe.

Lo más curioso es la manera en la que conocemos los síntomas de la  enfermedad. Se sabe a la perfección su virulencia gracias a la recuperación del virus que se hizo en 2003. Afortunadamente se hizo en un laboratorio especializado con todas las medidas de seguridad. Para ver los síntomas se inoculó a animales (ratas, etc.) y luego se comprobó los efectos sobre ellos.

Las conclusiones sin embargo fueron peores de lo que pensamos. Tras varios estudios se llegó a la conclusión de que es posible que en el futuro haya una nueva cepa de esta gripe o de otra todavía más virulenta. Afortunadamente, todavía podemos respirar tranquilos.

Para saber más:

  • Echeverri Dávila, Beatriz (1993) La gripe española: la pandemia de 1918-1919. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas
  • La gripe española de 1918. En El blog de la salud. Enlace: https://goo.gl/KfA3VC