Por Sofía Clavijo

Todos los días y toda la vida andamos tropezando con personas, y cada una de ellas deja un pedacito en nosotros. Ya sea un buenos días fugaz al entrar a comprar el pan o su compañía para toda la vida.

Hoy quiero celebrar el día de las personas que nos inspiran. No es un día oficial ni está marcado en el calendario. Tan siquiera creo que alguien haya pensado nunca antes en este día, pero propongo celebrarlo de vez en cuando, haciendo honor a eso de convertir lo común en algo extraordinario.

Las personas que inspiran llevan la magia con ellas. A unas se les refleja en el brillo de los ojos, otras la guardan bien a salvo en sus palabras, en sus gestos, en su voz, en su presencia o simplemente en su manera de admirar la vida. Cada una a su manera, hacen que queramos saber de ellas, en la distancia o teniéndolas siempre cerca.

A veces entran sigilosas en nuestra vida, sin hacer mucho ruido. Entran y se mantienen en un segundo plano, observándonos y cuidando que sigamos siempre brillando. Algunas aparecen como una tormenta, rompiendo todos los esquemas que armamos con los años y hacían tanto daño, o desarmando aquellos miedos de mentira que nos impedían avanzar. También están las que pertenecen a nuestra vida desde que llegamos al mundo.

Los mejores cuadros, las mejores novelas, las mejores canciones… Todo esto nace de esas personas que inspiran. Nos invitan de forma inconsciente a crear y a creer. Son también la esencia del arte. Y el arte, como si de una espiral se tratara, inspira a otros a seguir creando.

Aunque nunca hayamos tenido la suerte de tenerlas frente a frente, existen muchas personas que nos inspiran con el legado de las cosas bonitas que dejaron antes de partir. Sin ir más lejos, Pablo Neruda. Sigue dando la vuelta al mundo en forma de versos y poemas, sigue siendo y será eternamente fuente de inspiración. Sin estar, está.

A veces no recibimos muy buenas noticias para la humanidad, y por eso creo que existen estas personas con su magia particular. Son el equilibrio. Me gustan porque van construyendo de a poquito un mundo mejor. Digamos que le dan vida a la vida, forma a los sueños.

¿Si hablamos del tiempo? Unas vienen y se quedan toda la vida. Otras simplemente vienen, nos inspiran y siguen su camino. Pero lo relevante no es cuánto se quedan, sino cuánto son capaces de sumar a lo que ya somos.

Ojalá se multipliquen cada día, ojalá seamos nosotros siempre motivo de inspiración para quienes nos rodean.

Piensa en personas que inspiran. La primera seguro la tienes muy cerca y ni siquiera te has dado cuenta…

Tú.

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