Por David Lorenzo

Canarias fue visitada por habitantes de diferentes lugares de Europa desde la conquista. Muchos de ellos fueron comerciantes. Tampoco debemos olvidar que bastantes científicos comenzaron a hacer escala en las islas desde el siglo XVII en adelante. Les llamaba la atención las peculiaridades de nuestra naturaleza. Por lo general solían quedarse alojados en viviendas de familias ilustres que los invitaban muchas veces porque era símbolo de prestigio social.

Pero para hablar de turismo propiamente dicho habrá que esperar hasta el siglo XIX. En este momento comienzan algunas personas adineradas, sobre todo ingleses, alemanes, franceses, etc., a viajar por el mundo. Muchos comienzan a venir llamados por el clima benigno que hay en Canarias y también atraídos por el turismo de sol y playa, cada vez más popular entre las clases altas europeas.

Gracias al romanticismo el turismo insular va a verse muy beneficiado. Esta promoción tan “dulcificada”  permitía que se viera Canarias como un edén perfecto para el descanso y disfrutar de la naturaleza. Se presentaba como un lugar donde la gente fallecía muy longeva y donde el aire era fresco y limpio. Cada vez fueron más comunes los libros de viajes y para la segunda mitad del XIX guías turísticas que informaban sobre Canarias ensalzando su belleza.

Para 1890 el archipiélago era un destino importante para el turismo de salud. Destacaba por la calidad de su agua y aire, perfecto para curar enfermedades (pulmonares, cutáneas) que no se podían tratar en las grandes ciudades. Esto tuvo un efecto llamada no solo entre la clases altas, en las medias y obreras, sobre todo originarias de Gran Bretaña. Las islas que más aprovecharon el auge del turismo de finales del XIX fueron Gran Canaria y Tenerife.

Para el comienzo del siglo XX el turismo era para el archipiélago uno de los sectores más rentables económicamente junto con la agricultura. Cada vez fue más constante la presentación en diferentes eventos turísticos. Además se siguió promocionando a las islas (sobre todo Gran Canaria y Tenerife) con guías, carteles turísticos, etc. En ese momento el turismo de salud empieza a perder terreno por el de sol y playa.

Pero el comienzo de la Guerra Civil y el bloqueo tras la II Guerra Mundial acaban con los proyectos de expansión turística. Pero esto no supuso el fin del turismo canario, aunque sí se vio seriamente limitado. De esta forma desaparecen algunos hoteles, pero surgen otros nuevos.

Los nuevos hoteles, a diferencia de los anteriores, abandonan la arquitectura racionalista (rechazada en un comienzo por el régimen franquista) y se sustituye por el neocanario. Con este estilo empieza la conocida como la etapa del “tipismo”. Se generaban hoteles y centros temáticos imitando la arquitectura típica de las islas. Era un turismo que sobre todo se desarrolló en las ciudades de Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife.

Esto comienza a cambiar a partir de los años 60. Con el comienzo del desarrollismo en España en las islas comienza a observarse un crecimiento sin precedentes. Los visitantes, aunque seguían siendo del norte de Europa, ahora únicamente van a querer  disfrutar de sol y playa.

Esto obligó a que se cambiaran las cosas a marchas forzadas, adaptándose a los nuevos gustos. Comenzó en este momento el crecimiento de los principales cascos turísticos actuales: Maspalomas, Puerto de Adeje, Puerto de Mogán, Arona, etc. A Tenerife y Gran Canaria se les unen Lanzarote y Fuerteventura. Todas las expectativas en crecimiento fueron superadas con creces. La cantidad de hoteles que se construyen desde este momento superaron el centenar en todas las islas.

Con la llegada del siglo XXI comienza una nueva etapa. Aunque el sol y playa sigue siendo uno de los sectores más solicitados para el turismo canario, también se ha comenzado a explotar otro más relacionado con la naturaleza y el mundo rural. Gracias a la concienciación medioambiental, sobre todo en Europa, se ha abierto un nuevo mercado en las islas con mucho futuro. Esto además ha servido para diversificar el sector.

Para saber más:

  • Santana Santana, Antonio (2002) “Evolución de la imagen turística de Canarias”. En XV Coloquio de historia canario-americano. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo de Gran Canaria
  • Galiana Martín, Luis; Barrado Timón, Diego (2006) “Los Centros de Interés Turístico Nacional y el despegue del turismo de masas en España”. En Investigaciones Geográficas. Alicante: Universidad de Alicante, nº 39