Por David Lorenzo 

Arrecife es hoy en día una de las capitales insulares más prósperas de Canarias. Está logrando, con acierto, mantener sus raíces, su tradición pesquera y portuaria sin dejar escapar la urbanidad del mundo moderno. ¿Pero cuál es su origen?

A algunos canarios se nos escapa que Arrecife no fue la primera capital de la isla. Tal y como pasa con Santa Cruz de Tenerife o con Puerto del Rosario en Fuerteventura la actual tercera capital más habitada de Canarias fue nombrada capital en el ochocientos.

Aunque se coincide en que el cambio de capitalidad entre Teguise y Arrecife se produjo en el siglo XIX no parece existir una fecha clara que determine este hecho. Para algunos se convierte en capital antes de 1847, gracias a su importancia comercial, otros tras esta misma fecha con la exportación de la cochinilla. Sin embargo muchos consideran que Arrecife se consolida como capital tras la firma de la ley de Puertos Francos (1852), momento en el que a su puerto acceden embarcaciones europeas.

A pesar de este conflicto de fechas no cabe duda alguna que Arrecife ya es capital de Lanzarote para la segunda mitad del siglo XIX. Claramente la ventaja que tenía frente a Teguise viene dado por su puerto. Los barcos recalaban ahí por las ventajas que tiene Arrecife. Tanto el puerto antiguo (puerto Naos) como el charco de San Ginés era uno de los mejores refugios portuarios de Canarias en caso de un temporal marino.

Ya desde el siglo XIV la zona estaba habitada, aunque de forma muy desperdigada. La mayoría de sus habitantes se alojaban en las cuevas naturales de la zona, viviendo sobre todo de la pesca y del comercio. La escasa población y lo alejada que estaba entre sí hace que sea muy precipitado hablar de un pueblo en ese momento. Muchos navegantes que viajaban a Canarias solían fondear en su calmado puerto antes de seguir sus incursiones, sobre todo por el archipiélago. Hasta finales del siglo XV no existieron defensas en la zona, por lo que por lo general solían escapar de los piratas escondiéndose en la cueva  de los verdes.

La ciudad irá surgiendo a partir del siglo XVI, sobre todo animado por el comercio con América y por las (fugaces) conquistas que se estaban haciendo en África. El caso más célebre es el de Santa Cruz de la Mar Pequeña. También desde Arrecife Diego García de Herrera va a realizar varias razzias al norte de África. A pesar de ello el crecimiento va a ser infinitamente más limitado que el de la capital de Lanzarote en esos momentos, Teguise.

En Arrecife únicamente se encontrará un pequeño conjunto de casas y comercios orientados a servir de abastecimiento a los barcos que fondeaban en la zona.

El casto fundacional se localizó en la zona conocida como “La Puntilla”, cercana al charco de La Caldera, actual charco de San Ginés. Este nombre lo recibe de la iglesia que está en esta zona, cuyo patrón es San Ginés de Clermont.

El pequeño pueblo de Arrecife va a ser duramente atacado por los piratas (sobre todo berberiscos, pero también franceses, ingleses, etc.). Esto obligó a construir edificios de defensa que protegieran la ciudad y su puerto. Estos son:

  • Castillo de San Gabriel. Localizado en el islote del Castillo, históricamente conocido como islote del Quemado. Hoy se encuentra unido por el monumental Puente de las Bolas. Por su localización estratégica fue en el lugar donde García de Herrar decidió construir la primera defensa de la ciudad: una torre. El edificio actual es de finales del siglo XVI y remodelado en el XVIII. Hoy alberga el museo de historia de Lanzarote.
  • Castillo de San José. Se encuentra más al norte y fue construido en el siglo XVIII para servir de apoyo al de San Gabriel. Tiene forma de semicírculo y su estado de conservación es muy bueno. Cumplió con su objetivo, ya que hizo Arrecife mucho más segura. Actualmente es un importante museo de arte contemporáneo.

Estas fortalezas servían para defender al pequeño pueblo que se desarrolla en la zona. A pesar de ello no estuvo exento de ataques piratas, que arrasaron por completo la zona. La seguridad que daban estos dos castillos hizo que se incrementara la población durante el siglo XVIII. Las erupciones interiores producidas en la isla no traen consigo un importante crecimiento poblacional de la ciudad.

Como ya hemos visto, para el siglo XIX, ya era la ciudad comercial y poblacionalmente más importante de la isla. Muchos de los nuevos vecinos van a venir llamados por el comercio de barrilla y vino. Desde este momento la llegada de instituciones públicas a Arrecife fue progresiva. Para la década de 1790 ya había sido trasladado el juzgado militar desde Teguise. Poco después la pequeña ermita de San Ginés se convierte en parroquia. Este era un paso importante para tener independencia municipal. Para 1798 se acepta que Arrecife sea un municipio independiente. Fueron elegidos sus primeros concejales en noviembre de ese mismo año.

Desde la independencia municipal de Arrecife comienzan los conflictos con la hermana Villa de Teguise. Para Teguise fue un duro varapalo que se estableciera el Gobierno Militar de Lanzarote en Arrecife en 1827.  A “este desastre” también se le unió el traslado a Arrecife de organismos como son la Administración de Reales Rentas o aduanas, la Ayudantía de Marina, etc. Comienza en este momento constantes apelaciones entre ambos municipios. Para 1830 ya estaba establecido en Arrecife el Gobierno militar de la isla. La confirmación de la victoria de Arrecife era solo cuestión de tiempo. En 1847 por Real Orden de Isabel II se establece el juzgado de primera instancia en la ciudad portuaria, lo que deja a Teguise sin ningún organismo público.

Pero esta victoria fue realmente agridulce para Arrecife. Aunque políticamente habían ganado, la isla sufría en ese momento una importante crisis económica. Constantes sequías, acompañado por la caída de la venta de barrilla desencadenó una importante crisis que se extendió prácticamente hasta finales del siglo. El comercio quedó reducido prácticamente a la importación y la emigración a América se incrementó. A la sequía hay que unirle los habituales ataques de la langosta a las cosechas canarias, así como algunas epidemias que afectaron a los puertos canarios.

Afortunadamente las hambrunas del siglo XIX han quedado atrás. En la actualidad, a pesar de la crisis, Arrecife ha sabido mantener el tipo, manteniendo con orgullo y decisión el honor de ser la tercera capital canaria más habitada. Es una ciudad que ha sabido sacar provecho a su pasado pesquero, pero también a su presente y futuro turístico y comercial.

Para saber más:

  • Clar Fernández, José Manuel (1999) Arrecife, capital de Lanzarote. Arrecife: Ayuntamiento de Arrecife, Cabildo de Lanzarote.
  • Lorenzo Martín, Antonio (2012) “Descripción de Historia Menuda: El barrio de la Vega en Arrecife”. En Ser Lanzarote. Enlace: https://goo.gl/hl8BqJ