Por David Lorenzo

Los emigrantes que volvieron de Cuba a finales del siglo XIX y comienzos del XX (los conocidos como indianos) vinieron con algo más importante que grandes fortunas. Las relaciones culturales con la Perla del Caribe acabaron por influir mucho a los canarios. Así trajeron muchas de las costumbres de la isla, incluyendo la elaboración de tabaco.

Coincidiendo con la vuelta de los indianos se van a ir  creando fábricas, algunas de ellas de gran importancia, por todas las islas con el objetivo de manufacturar tabaco para la venta. El mercado no solo era en el archipiélago sino también fuera de él. Para la elaboración se empleaban métodos propios de Cuba, donde se elaboran los mejores puros del mundo. La única diferencia era que el tabaco se cultivaba en Canarias.

La isla de La Palma posiblemente fue una de las más influidas por la industria tabacalera. Tanto que hoy en día sigue siendo uno de los poco lugares de Canarias donde se continúan haciendo puros. Sin ninguna duda El Paso fue uno de los lugares del archipiélago donde más importante fue la producción tabacalera gracias a la familia Capote. Dicha familia vendió años después la empresa a la multinacional RJ Reynolds y ésta posteriormente a la Japan Tobacco International.  Actualmente esta industria, aunque con menor magnitud, se encuentra en la isla de Tenerife.

Puro gigante fotografiado en 1962 antes de partir a la Feria de Muestras de Barcelona. Foto de fotos El Paso

La actividad tabacalera y purera de El Paso logró una importante promoción gracias a la Feria Iberoamericana de Sevilla de 1929.  Canarias construyó un pabellón de estilo neocanario y en él se albergaron varios pabellones dedicados a la cultura, historia, industria, etc. En la zona dedicada a la industria se presentó con orgullo un enorme puro fabricado en la fabrica pasense. Pesaba 97 kilos, una longitud de 3 metros y 10 centímetros y un diámetro de 45 centímetros. Esta proeza tuvo un importante éxito en la feria, tanto que logró una medalla de oro. Este enorme puro se exponía junto con tabacos producidos en las islas.

Precisamente gracias al gran éxito que se logró en esta feria se decidió fabricar un nuevo puro de parecidas características en el año 1962. Este era un poco más pesado, (101 kilos) y con 3 metros 25 centímetros de longitud y 46 centímetros de diámetro. Su destino fue la Feria Oficial e Internacional de Muestras que se hizo en Barcelona este mismo año. Como ocurrió con el puro anterior, confeccionado 33 años antes, también causó sensación. Tanto que la televisión española entrevistó a Don Pedro Capote, dueño de la fábrica, por tal proeza.

Sin duda, además del impacto mediático que tuvieron ambos puros, demostraba la capacidad manufacturera de los tabacaleros canarios de la época. Tan buena labor realizaron que parece que poco tenían que envidiarle a otras industrias tabacaleras de España ni posiblemente del mundo.

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