Por David Lorenzo

Por muy extraño que pueda parecer los conquistadores canarios y sus herederos quisieron expandir sus ocupaciones en África y Las Indias. Uno de ellos fue Pedro Fernández de Lugo, hijo del Adelantado y conquistador de La Palma y Tenerife (y que también participó en la de Gran Canaria).

Pedro Fernández fue tan ambicioso como su padre. Como afirma Leopoldo de la Rosa era un “hombre del Renacimiento, gobernante enérgico, curtido en el manejo de las armas y en la guerra, apasionado, derrochador y orgulloso”. Participó con su padre en la conquista de La Palma y Tenerife. Su actuación le permitió recibir una gran cantidad de tierras tras la ocupación de ambas islas. Esto lo convirtió en un rico hacendado. También dirigió las campañas militares a Berbería por mandato de su padre. Como Capitán general navegó las costas africanas para buscar esclavos y botines de guerra. Tras la muerte de Alonso Fernández de Lugo su hijo lo sustituye en el cargo de teniente de  gobernador primero de La Palma. Luego también en el de gobernador de Tenerife.

A pesar de que contaba con este cargo de privilegio sus finanzas no iban muy bien. Por ello piensa en hacer incursión muy ambiciosa: formar nuevas colonias en “las Indias” (todavía no se sabía que era un nuevo continente). Su esperanza era recuperarse del bache económico lo antes posible. Prácticamente desde que ocupó el cargo de gobernador de La Palma y Tenerife va a intentar participar en la conquista de América, que tan rentable estaba  siendo para otros. Se interesó en varias incursiones e intentó participar en conquista del río Paraná, el río de la Plata, etc. Pero no obtuvo éxito.

En 1535, cuando Pedro Fernández contaba con 60 años, consigue el apoyo necesario para su campaña. Logra el permiso real de Carlos V y el apoyo (en hombres y financiación) de los italianos Juan Alberto Gerardini y Cristóbal Francesquini, entre otros.  Con tres embarcaciones: San Cristóbal, Santa María y Santi Spiritus, parten desde Tenerife hacia el Nuevo mundo en busca de fortuna.  Llegan a las costas americanas al comienzo del año siguiente (enero de 1936) y establecen campamento en la ciudad de Santa Marta. Este era un pequeño destacamento fundado por Rodrigo de Bastidas diez años antes.

Una vez acomodados comienzan las primeras incursiones al interior del territorio siguiendo el curso del río Magdalena. Estaban interesados sobre todo por el oro de los indios Chibchas. La expedición era liderada por Gonzalo Jiménez de Quesada. Acaba incumpliendo con los mandatos de Pedro Fernández de Lugo y comienza a conquistar territorio del interior de Santa Marta.

En octubre de 1536 muere Fernández de Lugo sin haberse enterado de la insubordinación de Jiménez de Quesada. Tras su fallecimiento es sustituido como gobernador de Santa Marta Jerónimo Lebrón de forma provisional. Para el año 1543 su hijo, Alonso Luis Fernández de Lugo, ocupa el cargo de su padre. Tras enterarse de un saqueo de piratas franceses en la zona americana envía desde Tenerife una incursión en defensa de sus intereses en el territorio. Tras ello la ciudad de Santa Marta volvió a ser reconstruida.

Alfonso Luis va a reclamar los meritos de conquisto logrados por Gonzalo Jiménez. Esto le permitió ganar gran prestigio. Se convirtió en gobernador de Nueva Granada. También conqiustó el valle de Ibagué, en la zona centro-occidental de la actual Colombia. Sus malas decisiones, sin embargo, supusieron el fin del gobierno de la familia Fernández de Lugo en América.

Para saber más:

  • Lucena Salmoral, Manuel (1977) “La capitulación de Lugo para Santa María y su relación con el Río de la Plata”. En I Coloquio de Historia Canario-Americana. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo de Gran Canaria
  • Rosa Olivera, Leopoldo de la (1959) “Don Pedro Fernández de Lugo prepara la expedición a Santa Marta”. En Anuario de estudios Atlánticos. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo de Gran Canaria, nº5