Por David Lorenzo

Garachico sigue recordando la importancia que tuvo su puerto hasta la erupción del volcán Trevejo en 1706. El peso comercial de la zona hizo que durante los siglos XVI y XVII importantes familias construyeran sus casonas en la zona. Uno de los mejores ejemplos de esta arquitectura señorial está en la Quinta Roja.

Se trata de uno de los mejores ejemplos de arquitectura suburbana del archipiélago (vivienda rural cercana a un casco urbano). Aunque ha sufrido cambios mantiene su estructura original del siglo XVI. Fue construida por el genovés Cristóbal de Ponte, uno de los que más invirtieron para la conquista de Tenerife. Gracias a esto una vez ocupada la isla se convirtió en uno de sus principales hacendados de la isla.

La quinta fue conocida con el nombre de Hacienda de San Pedro hasta el siglo XVII. Cambia cuando la familia Ponte recibe el título de marqueses: Marqueses de la Quinta Roja. El primero en tener tal distinción fue Cristóbal de Ponte y Llarena.

El edificio principal, pero especialmente las construcciones aledañas fueron modificándose con el paso de los siglos. Se adaptaban a los cambios en la producción de cultivos en el norte de Tenerife. En un comienzo sirvió como hacienda azucarera, luego de vino, cereales y así hasta convertirse en la finca central de la producción platanera de la zona. Las plataneras hoy en día siguen formando parte del paisaje de la zona.

La vivienda perteneció a los Marqueses de la Quinta Roja (los Ponte) hasta la muerte de la mujer (del famoso masón) Diego de Ponte y del Castillo. Ella se llamaba María de las Nieves Manrique de Lara y del Castillo y cuando muere pasa los derechos sucesorios a Sebastiana Bravo de Laguna y del Castillo. Luego pasó a su sobrino José Brier y Bravo de Laguna, quien vendió la quinta al Cabildo de Tenerife en 1990.

El edificio principal de la Quinta Roja destaca por su planta en forma de U, elegida por su funcionalidad. Esta forma permite contar con un patio en la zona central de la construcción. Fue terminado de construir (tras varias ampliaciones en 1735. Las habitaciones se distribuyen en dos plantas cuyos pasillos superiores están sujetos por pilares de madera robustos para aguantar el peso. En la parte trasera al patio hay un jardín que puede verse desde el interior a través de varias ventanas y de un patio en la segunda planta que está acristalado. Hoy la vivienda principal es usada como sala de exposiciones.

En frente de la casa principal, frente al patio hay una ermita (hoy desacralizada), que era propiedad privada de los marqueses de la Quinta Roja. Además alrededor se encuentran diversos edificios empleados para el trabajo agrícola: antiguos almacenes de plátano y empaquetadora, un estanque (para regar los plátanos), antiguas salas para prensar a caña de azúcar, cuartos para peones, etc.

Para saber más:

  • Soler Segura, Javier (2015) “La hacienda de la Quinta Roja de Garachico (Tenerife). Análisis histórico y morfológico en una edificación suburbana canaria”. En Anuario de estudios atlánticos. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo de Gran Canaria, nº 61