Por Rayco Paz

La formación es una necesidad real, de actualización constante, que obliga a que el aprendizaje se entienda como un proceso a lo largo de toda la vida”. Únicamente los que entiendan estas palabras van a salir adelante.

Reciclarse y mantenerse actualizado es fundamental y especialmente en el mundo de la restauración, cuyos profesionales además de estar al día en cuanto a conocimientos, deben hacer frente a situaciones que demandan cada vez más formación. Para así poder satisfacer las necesidades de los clientes a diario y poder mantener un buen estándar de calidad.

Quizás no tenga mejor manera de explicar esta situación que contando mi caso personal, no diré que sea el mejor ejemplo, pero sí lo es de un incansable espíritu de mejora. Me encontraba en un momento en mi cafetería en el que se producía mucha venta de café, y sentía una intriga absoluta hacia el producto.

Estaba cansado de que nadie me respondiera con la certeza que yo creía necesaria, preguntas como: ¿De dónde viene? ¿Cómo se debe hacer? ¿Qué es eso de arábicas y robustas? ¿Por qué cuestan diferente si saben igual? estas y otras muchas cuestiones rondaban en mi cabeza, hasta que decidí contratar un curso en Barcelona, me subí al avión y ahí, en el Instituto Español del Café con mi ahora amigo Carlos Moral, empecé a formarme durante una semana. En los 5 primeros minutos del curso ya tuve claro que era otro mundo, el de “hacer las cosas mal o hacerlas bien” así de sencillo. Al acabar empecé la batalla personal de una formación tras otra: Londres, Colombia, Brasil, Puerto Rico, Indonesia. Fui juez de los campeonatos nacionales durante tres años, realicé cursos de tueste, cata, café verde y muchos más hasta conseguir el premio de ser AST (formador) de SCAE, Speciality Coffee Association of Europe, la más reconocida asociación de especialistas en café del mundo.

Participé en campeonatos varios hasta conseguir el Premio al Mejor Café de España; un logro tras 2 años trabajando en la Factoría de Tirma en Las Palmas de Gran Canaria, mano a mano con Iván Perez Saavedra, preparando miles y miles de fórmulas diferentes para defender un producto: el café. Con esto quiero decir que en dos días no se consigue ser el mejor en algo, pero si yo pude mejorar y hacer el mejor café de España entre cientos de participantes, tú, estimado amigo también puedes lograr lo que te propongas.