Por Aarón Rodríguez

Fotografías por José Chiyah Alvarez

Lejos de limitar sus atractivos a las excelentes y afamadas playas que posee, Fuerteventura esconde tesoros que, con demasiada frecuencia, pasan desapercibidos para el visitante, y que en muchos casos pueden disfrutarse, exclusivamente, haciendo uso de su extensa red de caminos y senderos. Entre esas joyas escondidas que merecen ser recorridas a pie se encuentran los sobrios valles del interior de la Isla, santuarios que se ocultan entre pequeños morros de áridas laderas y atalayas que se asoman sobre las aldeas y pueblos que salpican y engalanan el paisaje majorero. Un magnífico ejemplo de ello lo constituye la ruta que proponemos éste mes: se trata de un cómodo recorrido de sólo 7,5 kilómetros de longitud, 280 metros de desnivel positivo y 210 metros de desnivel negativo, que se desarrolla en el interior del municipio de Puerto del Rosario, y sigue el itinerario señalizado del sendero PR FV 15.

Iniciamos el recorrido junto a la ermita de San Agustín de Tefía, en la aldea homónima, ubicada a 213 metros de altitud; desde allí tomamos un camino de tierra bien marcado que nos conduce, ascendiendo suavemente, al pie del Pico de la Fortaleza, el cual nos permite alcanzar, en apenas 2,5 kilómetros, la Degollada de Facay, el punto más alto del itinerario.

Desde éste lugar, a 461 metros de altitud, se observa una magnífica perspectiva que abarca desde el macizo de Betancuria hasta Tefía, al oeste, y el valle de Tetir, hacia el este. Nuestro camino nos llevará ahora hacia el segundo, discurriendo en primer lugar al pie del Morro de Facay y el Morro Bermejo, y descendiendo a continuación con mucha suavidad hacia el lugar conocido como La Solana. En todo éste sector el paisaje, de una gran belleza, se caracteriza por la presencia visible de las técnicas de cultivo que los majoreros aplicaron históricamente, con gran esfuerzo, para extraer a duras penas su sustento de la tierra: se trata de las cadenas, los nateros y, en las zonas más llanas, las gavias, parcelas escalonadas, limitadas por muros, que son inundadas mediante la canalización del agua que discurre por las laderas de los morros circundantes.

En La Solana, tras 5,3 kilómetros de recorrido, el camino conecta con el PR FV 15 que une Tetir con Casillas del Ángel; sin embargo, nosotros continuamos por el PR FV 15.1, primero ascendiendo a la degollada que media entre las montañas de San Andrés y Tamateje, y descendiendo a continuación a la aldea de El Sordo, en el kilómetro 6,5. Ya sólo nos queda torcer a la derecha por la calle Carmen Rodríguez García, primero, y la calle Domingo García, después, vías que en sólo 1 kilómetro más nos conducen hasta la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán, en el núcleo de Tetir. Aquí, a 283 metros de altitud, damos por finalizada la ruta.