Por Sixto Javier Pérez

Sí, lo confieso, esta película me ha tocado la vena sensible, pero no se piensen que se trata de un drama de lágrima fácil. Es una bonita, hermosa y fascinante historia de amor en forma de cuento con una moraleja que te hará pensar y valorar muchas cosas…Pero no les venderé la película únicamente como algo agradable de ver ya que  trata un tema muy delicado y difícil de digerir.

La historia se centra en Louisa “Lou” Clark (Emilia Clarke), una chica inestable y creativa, reside en un pequeño pueblo de la campiña inglesa. Vive sin rumbo y va de un trabajo a otro para ayudar a su familia a llegar a fin de mes. Sin embargo, un nuevo trabajo pondrá a prueba su habitual alegría. En el castillo local, se ocupa de cuidar y acompañar a Will Traynor (Sam Claflin), un joven y rico banquero que se quedó paralítico tras un accidente.

Gran parte del éxito se debe a sus dos protagonistas, pero sobre todo a la carismática Emilia Clarke (Khalessi en Juego de Tronos). Es muy difícil que no te encariñes de ella. La vitalidad, inocencia, bondad y simpatía de su personaje consigue transmitir una energía tan positiva que es imposible que no te saque una sonrisa y más de un suspiro. Ella será la encargada de dar el toque de humor consiguiendo que veamos el lado bueno de todas las cosas.

Por otro lado, Sam Claflin (Los juegos del hambre) encarna de forma soberbia al guapo parapléjico, Will Traynor. Como es lógico, su vida cambió radicalmente desde el día del accidente, volviéndose arisco, introvertido, antipático y sin ganas de vivir. El actor tiene la dificultad de que tan solo puede utilizar su cara como forma de expresión, logrando una interpretación totalmente creíble.

Juntos estos actores consiguen una química tan especial que logran que nos creamos cada mirada, sonrisa, beso y gesto de complicidad. Su fotografía es hermosa, mostrándonos lo mejor y peor de cada momento, al igual que su banda sonora, que consigue emocionar acompañando a aquellas situaciones que seguramente te conmuevan.

Un dato importante que agradecerán los que han quedado satisfechos con la novela es que su autora, Jojo Moyes, es la guionista del film. ¡Quién mejor que ella para escoger lo más importante! A pesar de que la historia puede parecer previsible, no se dejen engañar, ya que puede llegar a sorprender a medida que avanza gracias a las decisiones que van tomando sus protagonistas, regalándonos un final….

Salir del cine y ver a los espectadores emocionados es algo que no tiene precio ya que pocas películas consiguen llenar las salas de tantas emociones. Te reirás y llorarás, como si de una montaña rusa de tratara, pero sobre todo, valorarás un poco más vivir el momento.

Nota: 3,5 de 5

Lo mejor: Emilia Clarke y sus puntos de humor, Sam Claflin, fotografía y montaje.
Lo peor: no haber profundizado más en el tema en cuestión, faltó más drama.