Por David Lorenzo

El siglo XVIII es conocido como el siglo de Las Luces porque surge un movimiento cultural e intelectual llamado ilustración. Su origen fue Francia,  pero se extendió por toda Europa. Fue tan importante que hoy en día muchas de sus ideas (como la idea de libertad, democracia, etc.) se mantienen.

A España también llegó la ilustración, que se extiende sobre todo durante el reinado de Carlos III (1759-1788), monarca que introduce reformas importantes. Es en este momento cuando surge un grupo de intelectuales en España con estas ideas, como fueron Jovellanos, Cabarrús, etc. Aunque no podemos hablar de una teoría propiamente dicha en España sí que hay un intento de reformar el país.

Canarias también se va a ver influida por la ilustración, aunque de forma diferente. En el archipiélago la mayoría de ilustrados debatían sobre si había que pagar a la iglesia, si eran necesarios cambios políticos, si había exceso de impuestos o si eran necesarias reformas económicas en las islas. Gracias a esos debates Canarias se convierte en uno de los territorios españoles donde más se extienden estas ideas en el siglo XVIII.

También llegaron a las islas una gran cantidad de libros de autores ilustrados. Los principales puertos canarios (Santa Cruz, Puerto de la Cruz, Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de La Palma, etc.) se convirtieron en lugares de debate y de intercambio de libros en diversas lenguas.

La mayoría de las reuniones se hacían en las principales casas señoriales del archipiélago. Una de las más destacadas fue la conocida como Tertulia de Nava (localizada en la lagunera casa de Nava y Grimón). Habitualmente se criticaba la influencia de la religión en la política y se hablaba sobre ciencia, economía, ciencias,… También aprovechaban para compartir muchos de estos libros. En Canarias llegó a haber bibliotecas muy importantes. Como motivo de ese gusto por la ciencia se fundaron espacios como es el Jardín Botánico del Puerto de la Cruz. Pero también hubo interés por la medicina e intentos de introducir nuevos métodos médicos.

Todo esto sucedía en medio de un ambiente festivo donde la sátira y la ironía eran constantes. Así lo refleja por ejemplo la Gaceta de Daute, considerado el primer periódico de Canarias. Fue escrito por Viera y Clavijo en un viaje hecho por los miembros de la Tertulia de Nava a la hacienda de Daute, en Los Silos (de donde toma el nombre).

La ilustración logra una gran difusión con Carlos III. Especialmente importante fue la creación de las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País. En Canarias estas sociedades se fundaron en Santa Cruz de La Palma, San Sebastián de La Gomera, San Cristóbal de La Laguna, y Las Palmas de Gran Canaria entre 1776-78. También destaca la introducción de la imprenta. La primera estuvo en Tenerife en 1771 y en Gran Canaria llegó en 1801.

Otro aspecto a destacar es la proyección que tuvo la ilustración de los canarios en América. Muchas familias canarias que llegan a América durante el siglo XVIII fueron grandes intelectuales. Estas familias fueron influidas por otros ilustrados en el archipiélago y una vez que llegan a América continúan extendiendo estas ideas. Muchos ayudaron a mejorar la medicina en América, destacando Antonio Gómez o José Luis Cabrera Charbonier, entre otros.

También fue importante para extender ideas ilustradas la creación de la Universidad de La Habana y la de Caracas, donde muchos isleños pudieron formarse y estudiar. En el siglo XVIII incluso descendientes de canarios dieron clases en dichas universidades.

Igualmente existió contacto intelectual con Norteamérica, gracias a la apertura de comercio con Canarias. Esto fue algo que benefició a la madurez de la ilustración en las islas. Estas relaciones fueron intensas sobre todo a finales del siglo XVIII. Además, algunos de los isleños se van a sentir atraídos por las ideas liberales americanas.

Para saber más:

• Hernández González, Manuel La ilustración. Santa Cruz de Tenerife: Centro de la Cultura Popular Canaria, 1988
• Hernández González, Manuel La ilustración en Canarias y su proyección en América. Las Palmas de Gran Canaria: Ediciones Cabildo Insular de Gran Canaria, 1993